miércoles, diciembre 20, 2006

Fracaso y traición. 5 de junio

5.6.06
Lunes. 18:31h

Vestido negro y corto de escote de palabra de honor. Panties morados y medias negras. Zapatos negros de tacón y punta redonda. Uñas pintadas de negro y un mitón de rejilla en la mano izquierda. Pendientes largos y el colgante que me compré en el British. Rizo marcado, pelo recogido sutilmente con una pinza de color plata y forma de pico de tucán, dejando caer algún rizo ante mi rostro. Sombra de ojos marrón, raya negra, rímel y tres puntos dibujados con eye liner, sobre tres pequeñas y circulares cicatrices que me dejó la varicela, junto a mi ojo derecho (como en los viejos tiempos) y brillo de labios marrón. Aroma a “chèvrefeuille”.
Sí, me pasé la tarde llorando y vomitando. Angustiada por el rechazo. Patética y humillada... enamorada de Isabela.
Sí, me sentí fatal aquella tarde. Casi al borde del precipicio, pero luego recordé que Dafne y Sonia contaban conmigo para ir a la cena del grupo del desfile de Carnaval. A las nueve estarían en mi portal, esperándome para vivir conmigo una noche de fiesta inolvidable.
Me acordé de Sonia y de las veces que la he llamado tonta por haberse hundido en la bulimia.
Recordé que ahora estaría acomplejada por la cicatriz que le ha quedado tras su reciente operación de apendicitis. Recordé que esa sería su primera noche de fiesta después de mucho tiempo y que había decidido pasarla con Dafne y conmigo. Recordé que la autoestima de Sonia no merecía la compañía de una Nístrim triste y depresiva. Recordé que Sonia reía con mi humor ácido. Así que me duché y me arreglé, tal y como he descrito antes.
Sexo en la playa en el café Madrid, vodkas con limón, chupitos en el Titanius, “Hips don’t lie”...
Me reí como hace tiempo. Bebí como hace tiempo...
Todo fue genial hasta que Sonia se metió en el baño del Colusus y tardó en salir.
Temiéndome lo peor, fui allí y ella salió con una mirada que me resultaba terriblemente familiar. Ella notó mi expresión y se puso a llorar. Luego apareció Dafne y entre las dos intentamos ayudarla, consolarla, hacerla entrar en razón; pero todo resulta inútil cuando se trata de Sonia.
Nos empezó a decir que era un estorbo y que nos estaba jodiendo la noche porque al ser menor de edad no podíamos entrar en ningún bar. También hablaba de lo mucho que se odiaba a sí misma y el asco que le daba su físico. Se sentía fatal porque, decía, todos los chicos se fijaban en Dafne y en mí pero no en ella. ¿Pero, Sonia, qué es lo que quieres? ¿Tener a todos los tíos detrás de ti sólo por tu físico? ¿Qué quieres? ¿A un corro de borrachos bailándote el agua? Porque, un sábado por la noche no puedes conseguir mucho más.
¿Tener a un junkie como Javier? ¿A un impresentable como Víctor?
Y, como estos, tantos otros que sólo vieron en mí a una muñeca.
“Nadie me valora”, “nadie me valora”, “nadie me valora”... repetía. ¿Y quién te va a valorar un sábado noche? ¿Quién crees que me valora a mí? Tía, si se fijan en mí es porque soy capaz de mover con estilo las caderas cuando me ponen una canción de Shakira, pero a ver quién es capaz de imaginar que esa chica que se expresa con su cuerpo (como una vez me calificó Javier para explicarme por qué tenía mala fama en el Praxis) ahora está escribiendo en un cuaderno de bitácora, que tiene en su haber cuatro premios literarios y que está sufriendo por el amor de otra mujer.
Tíos que te dicen lo guapa que eres y lo bien que te mueves. Tíos que lo mismo te comparan con Nicole Kidman que con Yulia de T.a.T.u. ¿ Son esos los tíos que deberían valorarte, Sonia? Tu problema no es el físico, Sonia, tu problema es otro. Y hasta que no encuentres la verdadera razón por la cual te maltratas tanto, no serás feliz. Yo tengo una gran tendencia a hacerme daño y quiero dejarlo. Quiero ser feliz, y por eso escribo, porque intento encontrar por esa vía el gen de la depresión. ¿Por qué no intentas encontrarlo tú también?
¿Por qué no te valoras? ¿Qué te impide hacerlo? No me creo que sea tu cuerpo, nena, porque tu cuerpo es precioso. Y en lo intelectual tampoco te puedes infravalorar. Así que dime, Sonia, ¿qué impide que te valores?
Consejos vendo y para mí no tengo.
El resto de la noche siguió bien y Sonia se enrolló con uno del que no sabía ni su nombre. Qué bonito es el amor...
Yo, nada más llegar a casa, me comporté como una auténtica gilipollas integral. Haciendo uso del móvil y esa lucidez que sólo sabe darme el alcohol.
Declaración etílica de amor vía mensaje de texto a Isabela.
En mi vida había expresado así mis sentimientos. En mi vida había expresado mis sentimientos. En mi vida había sentido lo que siento por Isabela.

20:39h

Ahora, imagina cómo me siento: patética.
Patética.
¿Por qué Isabela no ha contestado a mi mensaje? Aunque sólo fuera para mandarme a la mierda, para decirme que no siente nada por mí; que lo que me dijo el viernes muerta de vergüenza, mientras miraba a una baldosa del parque del Carmen, era mentira, producto de una confusión sentimental.
Ahora me arrepiento de haber ido a aquel maldito viaje a Londres y de haberla conocido. Me arrepiento de que ella me haya conocido, y la maldigo por haberme hecho sentir así. Y la maldigo porque la quiero. Porque estoy enamoradísima de ella y ella no de mí.
Menos mal que ayer pude animarme. Fui con mi madre, Gustavo, Mariana y su marido a la Feria del Libro de Madrid. Allí fui muy feliz.
Conocí a Valérie Tasso, que me dedicó su libro “El otro lado del sexo”. Es una mujer sorprendente. Licenciada en ciencias económicas y lenguas extranjeras. Está doctorada en interculturalidad y ha sido prostituta de lujo. Además, ahora está cursando el segundo curso de postgrado en sexología.
Fue muy agradable. Le comenté que me gusta mucho la literatura erótica y ella me habló de la colección “La sonrisa vertical”, que ha desaparecido. Y es que “es un género muy bonito pero poco reconocido”, me dijo ella.
La semana que viene vendrá a Linobeno para presentar su libro. Allí estaré, como un clavo.
Me sorprendió que no hubiera una fila enorme de gente avasallándola a la espera de un autógrafo rápido. “Un puritanismo hipócrita nubla las entendederas de todo el mundo”, dijo Rosa Montero en su artículo “Las prostitutas y el miedo”, hace ya casi un año. Rosa montero, que también me firmó su novela “Historia del rey trasparente”. Fui sincera con ella y le comenté que no había leído ninguna novela suya, pero que devoro con asiduidad sus artículos del País Semanal. Dios, que si los devoro... ¡Me encantan! Cada cual tiene sus colecciones; yo guardo todos sus artículos y los releo de vez en cuando. Le dije que escribo y ella se despidió de mí con un “espero ver publicado algo tuyo pronto”.
También me firmó Alfredo Gómez Cerdá, autor de una de mis novelas preferidas: “Sin máscara”. Leí ese libro cuando tenía doce años o así y me enamoró. Recuerdo que se lo recomendé a mi gran amiga, en esa época, Emilia Ferrer, y que ella también se enganchó a las palabras de Alfredo Gómez Cerdá. Ahora está enganchada a algo mucho peor...
Mandalay, “beautiful” y un mensaje de Isabela: “Espero que no hayas borrado mi número sólo por mi largo silencio. A ver si nos vemos este finde, que son fiestas y creo que me dejarán quedarme hasta tarde. Adiós guapa. Besos, te quiero mucho =)”.
23:00h

Siempre dramatizando al máximo.
Maldita sea la impaciencia.

3 cafés:

Anónimo dijo...

Ay, esta sociedad del culto a la imagen, donde solo importa el físico ... que se limita sólo a la noche del viernes y el sábado ... donde se bebe por beber hasta perder el sentido ... esta sociedad superficial ...

Anónimo dijo...

un comentario.... que te lo debia... WENO!!!!!! UN BESO!!!!!

Adriana Bañares dijo...

Dani, dejar comentarios por dejar, no, por favor. Espero que algún día te leas esto (recuerda que La Soledad Del Café está en la biblioteca de Logroño) y me dejes algo de corazón :) Un beso y suerte con la madrileña!!!