viernes, julio 03, 2009

Freud y la adolescencia.

Azucena Escalona Baños.
Reseña publicada en el número 26 de la revista literaria Fábula.

A pesar de su juventud, Adriana Bañares Camacho (Logroño, 1988), ha visto publicados sus relatos en revistas literarias como Fábula, Portales, Fedra (México) y en el diario digital chileno El Rancahuaso y en fanzines como Poemas de la Chica de la Curva, Degeneración espontánea, Gárgola Vacas y Jamais Vu. Además, entre los años 2003 y 2006 fue premiada en varios concursos en la modalidad de relato breve y siendo una adolescente, con 17 años, publicó ésta, su primera novela La soledad del café, hoy reeditada por tercera vez por Ediciones Emilianenses.

Y es que la novela tiene mucho de controversia y de impenetrabilidad de la adolescencia. La historia transcurre en un ambiente onírico y a veces opresivo, bajo el manto protector de Freud y el psicoanálisis. Su protagonista, Nístrim, una joven adolescente, realizará un viaje interior, una búsqueda o quizá una huida de sí misma a través de turbulentos ascensores que no son sino el reflejo de sus propias sacudidas existenciales.

De forma totalmente consciente, escapan del subconsciente los tópicos adolescentes del sexo, la preocupación por el aspecto exterior, el suicidio, el feminismo, la crítica a la sociedad, a los padres, a la iglesia… todo aderezado con una pizca de desgana y grandes dosis de resentimiento hacia todo y nada en concreto.

Más que de una estructura preconcebida, la novela se compone de un continuo fluir de pensamientos en un periodo de tiempo un tanto indefinido.

Como el café, esta novela deja en el lector un denso poso, el de la fuerza de sus imágenes y también un fuerte contraste entre la juventud de la autora y la rotundidad de sus afirmaciones.

Sin duda, una apuesta vanguardista de una editorial siempre innovadora.





miércoles, julio 01, 2009

“La soledad del café” o la introspección como brutal arma literaria. Propuesta de prólogo a la obra de Adriana Bañares.

Recuerdo a mucha gente a lo largo de mi vida preguntándome por qué soy tan callada
Awixumayita


Yo creo que lo importante no es escribir bien, ni dibujar bien, nada de eso, lo importante es crear. ¿Cómo puede merecer la pena una vida sin creación? Tú, además, tienes ese don, ese don de saber escribir, de crear sin dificultad un mundo, una historia... Es un don, Nístrim, sólo un jodido don que no debes desperdiciar.
Oliver, personaje de La soledad del café


No deja de resultar curiosa la manera en que esta novela llegó a mi vida. Adriana, su joven autora, -más conocida como Awixumayita-, me pidió a bocajarro si podía hacerle un prólogo de introducción a la segunda edición de “La soledad del café”, que escribió cuando tenía 17 años. La respuesta, evidentemente, fue afirmativa.
La historia de Nístrim es un viaje iniciático a los infiernos de una madurez precoz de una post-adolescente que se atreve a cuestionar a mi entender la gran pregunta de todo escritor que se precie:

¿Es posible una existencia ajena al proceso creativo?

A partir de ahí, Adriana Bañares tiene la generosa valentía de desnudarse anímicamente para mostrarnos su cerebro por dentro, vacío de cualquier tipo de artificio de cartón-piedra con los que otros disfrazarían su personalidad para proponernos biografías basadas en el autoengaño. Adriana nos deleita con un striptease emocional donde jugamos a confdentes privilegiados de sus dudas y temores existenciales. Es un acto extremo de sinceridad vital y a la par literaria, que es digno de respetar y agradecer en estos tiempos de crisis espiritual y/o económica.
No es fácil hablar de uno mismo con la frescura y entereza con la que lo hace Adriana a través de su alter ego Nístrim. La autora, de hecho, juega con una ventaja de la que, en ocasiones, ella misma duda, y no es más que la circunstancia de que Adriana es una auténtica escritora de nacimiento. Es por ello, a mi entender, que su vida cotidiana está irremisiblemente ligada, -para bien o para mal-, al acto creativo y eso se hace patente en todos y cada uno de los blogs con los que se muestra al mundo internauta, a un mundo que no acaba de gustarle del todo por lo que de mediocre y de engaño hay en él:

La niña de las naranjas
La soledad del café
La solitaria suicida

Blogs donde Adriana desarrolla su vida de realidad/ficción al alcance del que quiera leer-escuchar-aprender las propuestas cotidianas de una mujer de 20 años con mucha esencia que ofertar.
Yo, que suelo ser un tipo orientado a todo lo que huela a underground con cierto toque abyecto, me he emocionado con la búsqueda interior de Nístrim en pos de la propia identidad para darle un sentido a su vida, donde el amor es negado una y otra vez a cambio quizá del don de escribir, un don donde puede proyectar un elevado grado de sufrimiento emocional. Adriana pisa fuerte. Demasiado fuerte para su edad. Adriana es una escritora con los ovarios suficientemente bien puestos como para hacer de la escritura un acto cotidiano e íntimo al mismo tiempo. Y al que no le guste lo que escriba, -la sinceridad extrema suele hacer daño-, que mire hacia otro lado o se haga directamente un harakiri.
Yo soy de los que van a seguir mirando directamente a los ojos de Adriana/Nístrim para acabar susurrándole:

“Hazlo, hazlo, por lo que más quieras, escribe,
Escribe, sigue escribiendo,
No dejes de escribir jamás”.


José Manuel Vara

Badalona, 15 de diciembre del 2008