miércoles, diciembre 13, 2006

Pomme de reinette. 20 de abril

Jueves, 20 de Abril de 2006
17:24h


No me lo pensé dos veces. Sé que esta actitud mía tan repentina me va a dar algún que otro disgusto. Como cuando besé por primera vez a Javier o me dirigí a Víctor después de un año sin hablarnos. Pero ayer debí hacerlo. En cuanto me enteré de que la presentación del nuevo libro de La Editorial Parelma correría a cargo de Alejandro Narro, el director de la revista literaria “Utópica”, no dudé en acudir allí con mis últimos relatos dentro de la misma bolsa de Zara con la que acudí a la cita “fallida” de Lucía.
La presentación fue un éxito, acudió más gente de la que una sala de esa envergadura puede albergar. Cuando hubo terminado, Gustavo me presentó a Alejandro y, para sorpresa de ambos hombrecillos, le entregué humildemente mis insustanciales textos: “Solitaria”, “Almendra y chocolate”, “Un vago recuerdo sin importancia”, “Esencias” y “La ninfa imaginaria”. Espero su llamada, su crítica y su publicación en la fabulosa revista.
Anoche no me acosté hasta las cuatro de la madrugada. Estuve ordenando, bueno, mejor dicho, redecorando, reinventando, regenerando mi habitación. Tiré viejos textos, dibujos y pósteres, archivé fotos, y otros papelillos como entradas de cine o conciertos que tenía puestos por el corcho, dentro de mis diarios. La verdad es que ahora siento que hay más luz, más tranquilidad. Siento que con ella me he reinventado yo. Ahora estoy mucho más tranquila. Relajada, limpia, nueva, espiritual.
“Dreams, inconsistent angel things”, que dicen los Sixpence none the richer.
Por cierto, “Ella, Drácula” me está pareciendo un libro maravilloso.

21:30h

Una taza de té verde caliente y Rob Thomas diciendo “Give me your heart, make It real and let’s forget all”. Maldito mini disc, empeñado en joderme las mejores canciones reproduciéndolas a trompicones...
Mañana a las seis y media de la mañana debo estar en la Escuela para tomar el autobús que nos llevará a Bilbao, en donde montaré por primera vez en avión. Mañana me voy a Londres.
Aún no me ha bajado la regla, aún estoy hinchada.
Hace una semana visité con Lucía el cementerio, pero no sé nada de ella desde el plantón del lunes.
Carol cree que estoy enfadada con ella porque no le contesté al mensaje de “no puedo quedar porque, como es normal en mí, prefiero ir a Masena con las hipócritas, pijas y superficiales e inmaduras de mis amigas y el inculto pueblerino que es mi novio Pablo a Masena.” Bueno, no fue exactamente así... “¡¡Rubia!! Yo me voy a las seis a Masena, por eso dije de comer hoy juntas. Llamo a Dafne, ¿qué le digo?”
Sí, propuso lo de ir a comer juntas, pero no he tenido noticias suyas hasta que ayer me mandó este mensaje. Por la noche, a la una, me envió otro: “Hola nena, ya veo que no has contestado. Si pasas me parece perfecto. Estoy releyendo el mensaje de ir a comer todas por ahí, ¿quiénes son todas? Nada, sin más, en este momento ando de análisis.” Tampoco le contesté. ¿Qué coño de que “quiénes son todas”? Supongo que Lucía, Dafne, ella y yo (y supongo que Sonia también).
Mañana comienza un nuevo periodo para mí. Espero que todo salga perfecto.
Dios, a ver si Alejandro me publica algún cuento...
¡A ver si gano el concurso!

1 cafés:

Anónimo dijo...

Otro comentario más ... No sé que poner.