martes, diciembre 12, 2006

Pomme de reinette. 14 y 15 de Abril

14 de Abril (viernes santo)
1:04h

No sé exactamente qué es lo que pretendo encerrándome. Aislándome.
Mi móvil tiene saldo, pero me niego a llamar a nadie. Ni siquiera mensajes o perdidas.
Lo tengo todo planeado: el lunes a las cinco y media he quedado con Lucía, el martes me iré a emborrachar con Dafne y el miércoles puede que vaya a comer con Carol. El jueves descansaré porque el viernes madrugaré. El viernes me voy a Londres.
Me da vergüenza admitirlo, pero nunca he viajado en avión y debo reconocer que me asusta bastante la idea de pasar hora y media sobrevolando la tierra. Lo sé, parece excesivo, pero sí, me asusta, ¿Qué pasa?
No importa, quiero ir a Londres.

Sábado 15 de Abril
10:18h
Se me ha acabado de caer una pestaña. Está ahí, en la mitad de la hoja... ¿Qué hago? ¿Pido un deseo? Debo elegir, debo pensármelo bien porque sólo puedo pedir uno. Si soy práctica debo pedir que apruebe este curso con una media considerable. Si soy clásica, pido que el vuelo a Londres salga bien. Pasármelo bien en Londres, ser más sociable, que Javier no se olvide de mí, ganar los concursos literarios, adelgazar, tener más y mejor contacto con Lucía, Dafne y Carol, integrarme en el grupo de Fátima, no meter tanto la pata, madurar...
Quizá sólo quiera ser feliz. Sí, quiero ser feliz, y eso depende únicamente de mí.
La pestaña sigue ahí arriba, esperándome. Igual le pido que gane el concurso del De Linobeno. Eso me subirá la moral. Sí, quiero ganar ese maldito concurso literario.
Sí, me he autoencerrado en casa. Me he propuesto pasar unos días de reflexión, de tranquilidad, de evasión.
Me estoy leyendo un libro de Anne Rice titulado “Hacia el Edén”. Creo que es de sus comienzos (1985), y lo firmó con pseudónimo porque es una novela que trata el tema del sadomasoquismo. La necesidad del ser humano de vivir la violencia, aunque sólo sea de manera simbólica, de amar. El erotismo, el lujo, la sumisión, el poder, el deseo.
He decidido desaparecer de ese mundo que me estaba ahogando. Desaparecer del “Escape”, el Patxi, los chupitos de vodka, las impertinencias de Dafne, los lloriqueos de Sonia, la inmadurez de Javier, el “Praxis”, la falsedad que reina los sábados por la noche.
He decidido escapar. Huir de todo aquello. Quiero pasar de todo y de todos, dejar de sentir esta maldita necesidad de llorar.
Quiero que me olviden. Que me olviden sobretodo el Patxi y Javier. Estoy harta de que el primero ponga a Dafne por las nubes sólo porque tiene una sesenta y cinco de cadera y sus piernas tengan el mismo grosor que mis delgaduchos brazos. No entiendo por qué gustan las tías que rozan el modelo anoréxico. Ya no se lleva el noventa, sesenta, noventa. Yo soy ochenta y cinco, sesenta y tres, ochenta y cinco o así, no estoy muy segura, mi tía me tomó las medidas este verano. Mido un metro y setenta y seis centímetros y peso alrededor de cincuenta y cinco kilos. Pero para el resto de la población soy una vaca andante. Javier me dijo en una ocasión que estoy cuatro veces mejor que Dafne y que tengo un cuerpo de Barbie que le pone a cien.
Yo soy una Barbie, Dafne una Bratz.

2 cafés:

Anónimo dijo...

Aqui dejo otro comentario. Ya veo q va en modo diario con reflexiones de la protagonista.

Anónimo dijo...

1.76 y 55 kg????? pero estas loca??? Ya me las olia que pesabas algo asi...en mi pais diriamos "metele mas papa al caldo", que quiere decir: come mas!