jueves, diciembre 28, 2006

Fracaso y traición. 8 de junio

11:11h
8 de Junio

Estaba sola en casa, como casi siempre, así que no vi inconveniente alguno en que vinieran Lucía, Dafne, Sonia y Carol. Nos lo pasamos muy bien, pero ya entrada la noche la puerta rugió. Entraban mi madre y Gustavo, saludando, como siempre; pero esta vez estaban enfadados porque había invitado a mis amigas. Salí de la habitación con las chicas, y sorprendida pude apreciar que no venían solos: se habían traído a Jennifer y Cándida. Ambas son de Vetusta.
Volví la cara hacia mis amigas, mostrándoles la inquietud y el desconcierto en mi rostro.
Entramos, entonces, las siete en mi habitación. Cándida no hablaba apenas, sólo comía unas gominolas gigantes que jamás había visto. Mis amigas tampoco hablaban; estaban cortadas. Jennifer depositó sobre mi escritorio una bolsa de plástico que contenía diversas cosas que ambas habían comprado. Para romper el hielo, observe una caja de gominolas, como las que estaba comiendo Cándida, que sobresalía de la bolsa y pregunté “¿qué es eso?”. Jennifer entonces hizo uso de su característica bordería hiriente, basada en llamar directa o indirectamente tonta a la gente. “Pues gominolas rellenas de bollo, ¿Qué va a ser? ¿Eres tonta, o qué? Cómo no vas a saber que es eso”. Y Cándida, que en un concurso de ignorantes se llevaría los tres premios, le reía las gracias. “Es que yo no suelo comer dulces”, le expliqué avergonzada, admitiendo en cierto modo mi ignorancia.
Sus borderías no cesaron. Es más, fueron a más. Fueron a más, intentando herirme por todos los medios, humillarme ante mis amigas. Así que exploté y la grité. La grité como nunca antes había gritado a nadie y busqué por todos los medios herirla en su orgullo y hacerla sentir como una mierda. Pero se puso a llorar. Lloró como una niña pequeña y desvalida. Lloró. Y en sus ojos vi a la niña solitaria que en realidad es.
El resto de las chicas se fueron a casa, y yo me quedé, convertida en un monstruo, consolando a Jennifer. “Lo siento, es que cuando me veo en situaciones así, o me pongo a llorar o me pongo histérica”, le expliqué. “Yo te quiero, y lo sabes. Porque de entre las chicas de Vetusta tú eres de las que menos daño me ha hecho, y sé que no mereces que te trate así”. Otra característica de Jennifer es olvidarlo todo en seguida, así que pronto se enjugó las lágrimas y comenzó a hablar amistosamente conmigo, sentadas en la cama. En mi cama, donde esa misma tarde durante la siesta, Ana Blanca, (otra de Vetusta), me besó y más tarde me quemó el rostro con un mechero.
Poco después entró un hombre mayor por la ventana y se acercó a nosotras. Jennifer estaba asustada, pero yo sabía qué hacer. Separé las piernas y al ver mi coño cayó impotente al suelo, en donde comenzó a masturbarse. “No te preocupes”, le dije, “es inofensivo. Viene de vez en cuando y siempre hace lo mismo. Sólo quiere verme.”
Salimos de la habitación, y al volver a entrar, toda mi habitación estaba desordenada. Un auténtico caos. Mi madre también entró y se puso como un basilisco, implorando tonterías y exclamando amargamente que nos habían robado mis amigas. Jennifer y yo le dijimos que no, que mis amigas no habían robado nada, que había sido un hombre que entró por la ventana. Pero ese hombre, como pudimos descubrir una vez hubimos ordenado todo, no había robado nada. Sólo se había limpiado de semen con mis sábanas y había dado la vuelta al colchón.
Después fui un hombre. Fui un asesino perseguido por una mujer que ansiaba matarme. Mi compañera murió en plena persecución, pero a mí no logró cogerme. Corrí, salté y me adentré en lugares que jamás vi. Lugares urbanos y rurales se mezclaban en mi camino, y yo seguía huyendo, sin mirar hacia atrás, esquivando las balas que expulsaba el arma de mi enemiga.
Terminé en un jardín y fui invitado a una comida familiar. Todos eran muy amables, pero el padre de familia parecía saber mi identidad y me obligaba a comer pan. Pan de ayer pero tierno.
Ya no tenía arma. La tiré durante mi huida en un cubo lleno de agua que encontré por el camino. La tiré para no levantar sospechas. Pero aquel hombre sabía quién era. Me había descubierto. Había metido mi arma al horno para convertirla en pan y ofrecérmela como comida. Me estaba comiendo mi arma. Me estaba suicidando.

17:14h
Cuando una nueva etapa va a dar comienzo dentro del breve contexto que es la vida, es necesario mirar hacia atrás y zanjar temas pendientes.
¿Acaso mis sueños intentan decirme que ha llegado el momento de “solucionar” las cosas con mis antiguas amigas de Vetusta?

viernes, diciembre 22, 2006

Fracaso y traición. 7 de junio

7 de Junio, 10:44h

Cogí un coche. No sé conducir, pero yo monté en él. ¿A dónde me dirigía? No lo sé, pero estoy segura de que buscaba algo. Me zambullí a la carretera, insegura por no saber manejar aquel trasto, y en un semáforo me vi obligada a frenar. Tan mala fue muy suerte que me equivoqué: bajo mis pies había dos pedales (que me recordaban a cuando de niña tocaba el piano); estaba claro que uno de los dos servía para frenar. ¿Derecha o izquierda? Liberal hasta la muerte, prefiero no mezclar política con automovilismo y piso el de la derecha. Error: mi coche se abalanza contra el de delante y éste contra otro, y así, como si en vez de coches, de fichas de dominó se tratara. Me avergoncé muchísimo, pero el conductor contra cuyo coche colisioné primero, se bajó y en lugar de recriminarme se rió. Era José Luis, hermano mayor de Susana, otra chica que fue gran amiga mía durante la infancia, cuando vivía en Vetusta, pero que ahora prefiere otras amistades muy diferentes.
Entonces aparqué, o tal vez dejé allí el coche, no lo sé, y me reuní con unas chicas que me estaban esperando en un trenecito infantil. Subí a un vagón con ellas, (de las cuales sólo Lucía me era familiar) y nos pusimos en marcha, dirigiéndonos a una plazoleta bastante triste. Su suelo era gris cemento, el ambiente húmedo y unos pocos chicos hablaban completamente colocados, apoyados contra una pared. Javier estaba con ellos, con el pelo desordenado, desmejorado. Pero guapísimo, como siempre. Sus ojos azules se habían tornado tristes y de una tonalidad rojiza que bien sabía por qué. Me guiñó un ojo, sonreí escéptica pero coqueta y volví a subir al vagón. “Déjame hacerte un chupón”, me dijo. Yo me reí; él sabía perfectamente que odiaba aquello, pero como no le veía capaz, le dejé. Acercó sus labios a mi cuello. Unos labios secos y fríos, muertos. No logró hacer más; estaba tan ciego que no era capaz ni de besarme.
Regresé con las chicas, que estaban sentadas en un portal. Desde ese punto de vista, sentada en el portal, aquello parecía Covent Garden. Javier se acercó a nosotras, me miró y me indicó que me fuera con él. Accedí y nos metimos en un callejón. “Así no puedes presentarte al concurso”, tan ciego, no. Tan impresentable. Había un concurso en la plazoleta, pero no recuerdo de qué. Creo que me besó, pero no lo sé. No sentí nada. Volví al portal con las chicas, con las que aun sin conocerlas había establecido un vínculo muy agradable. Entonces apareció Isabela. “Veo que ya conoces a mis amigas”- y tus amigas me han visto irme con Javier, pensé aterrada.
Me alejé de allí y entré a una tienda de complementos en busca de un corpiño. La tienda era muy pequeñita, con una gran luminosidad, artículos de gran colorido y dotada de varios espejos. Pero estaba vacía. Empecé a observarlo todo, y a probarme sujetadores excesivamente provocativos. Sublimes. De pronto, salieron de los probadores todos los chicos de Vetusta a quienes había destrozado sus vehículos. Pensé que me matarían, pero en lugar de eso algunos se ruborizaron al verme y el resto exclamaron frases como “¡Qué jefa, has destrozado diez coches!” Sí, sí, diez, ni más ni menos... Tras el mostrador estaba el Patxi, ahora propietario de esta pequeña tienda de lencería.
“¿Por qué no tienes corpiños?”
Regresé al portal con las chicas, pero antes me paré ante Javier, que cada vez estaba peor. Parecía un muerto viviente, mecánico, inhumano.
“¿No lo ibas a dejar?”

jueves, diciembre 21, 2006

Fracaso y traición. 6 de junio

June, junio. 6
6 de junio de 2006
06.06.06
666

Piso tus lágrimas lentamente, mientras al otro lado del puente me vigila tu protector. No temo al dolor, así que ya puedes gritar para que venga a rescatarte. Una paliza, un golpe ¿qué me hará? Estoy ansiosa por saber cuál será mi castigo. Tal vez me agarre fuertemente y me arroje al río, donde me perderé entre peces y plantas; insectos y piedras. Agua y contaminación.
Tal vez desaparezca ante tus ojos y dentro de unas semanas descubras mi cuerpo hinchado, arrugado, de un color morado pálido, putrefacto y despreciable. Carente de sentido y llena de vacío.
Tu protector sigue al acecho, pero no parece querer venir en tu ayuda. Una lágrima más. ¿Por qué sigues empeñada en llorar? ¿Por qué no puedes ser capaz de disfrutar con lo que tienes?
No es más feliz quien tiene todo lo que quiere, sino quien quiere todo lo que tiene.
Piso otra lágrima y me zambullo sin pensar al fondo del mar.
Corro sobre el agua, como dicen que hizo Dios, y me siento impotente cuando me persiguen las ballenas. Grandes, preciosas.
Soy parte del plancton, soy parte del almuerzo; pero no soy mentirosa. Yo no acabaré siendo engullida por una orca; no, yo no soy mentirosa.
Resbalo por su piel, húmeda y suave, pero sigo intentándolo. Quiero acercarme a ese orificio por donde expulsa agua. Sigo trepando, pero vuelvo a tropezar, a resbalar y caer de nuevo al agua.
El agua es salada y se cuela en mis ojos y en mi boca, provocándome una ceguera momentánea y un sabor desagradable. Clavo mis uñas en la piel de la ballena, dando lugar a la aparición de pequeñas betas rojas. Las lamo; lamo la sangre de la ballena y me siento terriblemente bien. Reconfortante es el amargo sabor de la debilidad ajena. Betas de sangre, delirios de poder.
Avisaste a las autoridades de la costa, pero ellos no te hicieron caso; corriste a llamar a tu protector, pero él sólo es un voyeur que se excitó con mi victoria. Es así, cariño.
No importa cuál sea tu problema, siempre estarás sola.
Todos somos individuos solitarios.
La vida, como dijo Virginia Wolf, es una experiencia que no puede ser compartida, y en ello radica la esencia de la soledad.
Soledad abismal, como este océano inmenso en el que ahora me encuentro.
Araño salvajemente, como una gata en celo, la dulce y negra piel de este monumental animal, y saboreo ansiosa su bebida carmín que, sin ser alcohólica, me embriaga de valor.

10:12h
Esta noche soñé que estaba embarazada. No quería moverme demasiado, temiendo perder al bebé, pero en el fondo lo deseaba. Deseaba no tener a ese niño. Manchar de sangre mis bragas y sentir cómo se desinflaba mi vientre.
13:58h
El fin del mundo lo crea cada uno. Cada individuo tiene su fin, y es a ese fin al que, (en el que caso de que haya algo por lo que asustarse), hay que temer. No al 666. Si nos jactamos de ser ateos, somos ateos para todo. Si no creemos en Dios ni en las palabras de la Biblia, es absurdo temer al Apocalipsis.
16:23h
“Lo que abunda en nuestra sociedad son los llorones. Escasean los que no contaminan con su dolor. Lo difícil es ir más allá; trascender la humillación es ser más inteligente. Pero paralizados por el miedo somos más dóciles. Por eso, la mejor manera de vengarse de la vida es siendo feliz.”
“El otro lado del sexo”
Valérie Tasso
17:03h
“Muchas Tigresas Blancas tienen relaciones sexuales con otras mujeres para poder beneficiarse de los flujos vaginales. No sólo no está mal visto sino que es una práctica tradicional muy fomentada, ya que dos mujeres son símbolos yin, y dos yin se refuerzan mutuamente según el Tao.”
“El otro lado del sexo”
Valérie Tasso

miércoles, diciembre 20, 2006

Fracaso y traición. 5 de junio

5.6.06
Lunes. 18:31h

Vestido negro y corto de escote de palabra de honor. Panties morados y medias negras. Zapatos negros de tacón y punta redonda. Uñas pintadas de negro y un mitón de rejilla en la mano izquierda. Pendientes largos y el colgante que me compré en el British. Rizo marcado, pelo recogido sutilmente con una pinza de color plata y forma de pico de tucán, dejando caer algún rizo ante mi rostro. Sombra de ojos marrón, raya negra, rímel y tres puntos dibujados con eye liner, sobre tres pequeñas y circulares cicatrices que me dejó la varicela, junto a mi ojo derecho (como en los viejos tiempos) y brillo de labios marrón. Aroma a “chèvrefeuille”.
Sí, me pasé la tarde llorando y vomitando. Angustiada por el rechazo. Patética y humillada... enamorada de Isabela.
Sí, me sentí fatal aquella tarde. Casi al borde del precipicio, pero luego recordé que Dafne y Sonia contaban conmigo para ir a la cena del grupo del desfile de Carnaval. A las nueve estarían en mi portal, esperándome para vivir conmigo una noche de fiesta inolvidable.
Me acordé de Sonia y de las veces que la he llamado tonta por haberse hundido en la bulimia.
Recordé que ahora estaría acomplejada por la cicatriz que le ha quedado tras su reciente operación de apendicitis. Recordé que esa sería su primera noche de fiesta después de mucho tiempo y que había decidido pasarla con Dafne y conmigo. Recordé que la autoestima de Sonia no merecía la compañía de una Nístrim triste y depresiva. Recordé que Sonia reía con mi humor ácido. Así que me duché y me arreglé, tal y como he descrito antes.
Sexo en la playa en el café Madrid, vodkas con limón, chupitos en el Titanius, “Hips don’t lie”...
Me reí como hace tiempo. Bebí como hace tiempo...
Todo fue genial hasta que Sonia se metió en el baño del Colusus y tardó en salir.
Temiéndome lo peor, fui allí y ella salió con una mirada que me resultaba terriblemente familiar. Ella notó mi expresión y se puso a llorar. Luego apareció Dafne y entre las dos intentamos ayudarla, consolarla, hacerla entrar en razón; pero todo resulta inútil cuando se trata de Sonia.
Nos empezó a decir que era un estorbo y que nos estaba jodiendo la noche porque al ser menor de edad no podíamos entrar en ningún bar. También hablaba de lo mucho que se odiaba a sí misma y el asco que le daba su físico. Se sentía fatal porque, decía, todos los chicos se fijaban en Dafne y en mí pero no en ella. ¿Pero, Sonia, qué es lo que quieres? ¿Tener a todos los tíos detrás de ti sólo por tu físico? ¿Qué quieres? ¿A un corro de borrachos bailándote el agua? Porque, un sábado por la noche no puedes conseguir mucho más.
¿Tener a un junkie como Javier? ¿A un impresentable como Víctor?
Y, como estos, tantos otros que sólo vieron en mí a una muñeca.
“Nadie me valora”, “nadie me valora”, “nadie me valora”... repetía. ¿Y quién te va a valorar un sábado noche? ¿Quién crees que me valora a mí? Tía, si se fijan en mí es porque soy capaz de mover con estilo las caderas cuando me ponen una canción de Shakira, pero a ver quién es capaz de imaginar que esa chica que se expresa con su cuerpo (como una vez me calificó Javier para explicarme por qué tenía mala fama en el Praxis) ahora está escribiendo en un cuaderno de bitácora, que tiene en su haber cuatro premios literarios y que está sufriendo por el amor de otra mujer.
Tíos que te dicen lo guapa que eres y lo bien que te mueves. Tíos que lo mismo te comparan con Nicole Kidman que con Yulia de T.a.T.u. ¿ Son esos los tíos que deberían valorarte, Sonia? Tu problema no es el físico, Sonia, tu problema es otro. Y hasta que no encuentres la verdadera razón por la cual te maltratas tanto, no serás feliz. Yo tengo una gran tendencia a hacerme daño y quiero dejarlo. Quiero ser feliz, y por eso escribo, porque intento encontrar por esa vía el gen de la depresión. ¿Por qué no intentas encontrarlo tú también?
¿Por qué no te valoras? ¿Qué te impide hacerlo? No me creo que sea tu cuerpo, nena, porque tu cuerpo es precioso. Y en lo intelectual tampoco te puedes infravalorar. Así que dime, Sonia, ¿qué impide que te valores?
Consejos vendo y para mí no tengo.
El resto de la noche siguió bien y Sonia se enrolló con uno del que no sabía ni su nombre. Qué bonito es el amor...
Yo, nada más llegar a casa, me comporté como una auténtica gilipollas integral. Haciendo uso del móvil y esa lucidez que sólo sabe darme el alcohol.
Declaración etílica de amor vía mensaje de texto a Isabela.
En mi vida había expresado así mis sentimientos. En mi vida había expresado mis sentimientos. En mi vida había sentido lo que siento por Isabela.

20:39h

Ahora, imagina cómo me siento: patética.
Patética.
¿Por qué Isabela no ha contestado a mi mensaje? Aunque sólo fuera para mandarme a la mierda, para decirme que no siente nada por mí; que lo que me dijo el viernes muerta de vergüenza, mientras miraba a una baldosa del parque del Carmen, era mentira, producto de una confusión sentimental.
Ahora me arrepiento de haber ido a aquel maldito viaje a Londres y de haberla conocido. Me arrepiento de que ella me haya conocido, y la maldigo por haberme hecho sentir así. Y la maldigo porque la quiero. Porque estoy enamoradísima de ella y ella no de mí.
Menos mal que ayer pude animarme. Fui con mi madre, Gustavo, Mariana y su marido a la Feria del Libro de Madrid. Allí fui muy feliz.
Conocí a Valérie Tasso, que me dedicó su libro “El otro lado del sexo”. Es una mujer sorprendente. Licenciada en ciencias económicas y lenguas extranjeras. Está doctorada en interculturalidad y ha sido prostituta de lujo. Además, ahora está cursando el segundo curso de postgrado en sexología.
Fue muy agradable. Le comenté que me gusta mucho la literatura erótica y ella me habló de la colección “La sonrisa vertical”, que ha desaparecido. Y es que “es un género muy bonito pero poco reconocido”, me dijo ella.
La semana que viene vendrá a Linobeno para presentar su libro. Allí estaré, como un clavo.
Me sorprendió que no hubiera una fila enorme de gente avasallándola a la espera de un autógrafo rápido. “Un puritanismo hipócrita nubla las entendederas de todo el mundo”, dijo Rosa Montero en su artículo “Las prostitutas y el miedo”, hace ya casi un año. Rosa montero, que también me firmó su novela “Historia del rey trasparente”. Fui sincera con ella y le comenté que no había leído ninguna novela suya, pero que devoro con asiduidad sus artículos del País Semanal. Dios, que si los devoro... ¡Me encantan! Cada cual tiene sus colecciones; yo guardo todos sus artículos y los releo de vez en cuando. Le dije que escribo y ella se despidió de mí con un “espero ver publicado algo tuyo pronto”.
También me firmó Alfredo Gómez Cerdá, autor de una de mis novelas preferidas: “Sin máscara”. Leí ese libro cuando tenía doce años o así y me enamoró. Recuerdo que se lo recomendé a mi gran amiga, en esa época, Emilia Ferrer, y que ella también se enganchó a las palabras de Alfredo Gómez Cerdá. Ahora está enganchada a algo mucho peor...
Mandalay, “beautiful” y un mensaje de Isabela: “Espero que no hayas borrado mi número sólo por mi largo silencio. A ver si nos vemos este finde, que son fiestas y creo que me dejarán quedarme hasta tarde. Adiós guapa. Besos, te quiero mucho =)”.
23:00h

Siempre dramatizando al máximo.
Maldita sea la impaciencia.

martes, diciembre 19, 2006

Fracaso y traición. 3 de junio

Hora: 13:36 Día: 3 Mes: 6
2006

Isabela ya no quiere quedar conmigo.
No sé por qué a mí me gusta pero yo a ella no.
Y mientras yo me vuelvo loca, ¡pensando en ella! ¡Pensando en mí!, Intentado averiguar si esto es amor o sólo una paja mental; Luis me manda mensajes para ver si quiero quedar algún día de la semana que viene. ¡Pero yo sólo quiero estar con Isabela!
Y ayer estuve con Lucía. Toda la tarde con Lucía. Y, aunque estuve muy bien con ella, (como siempre), yo estaba frustrada, chunguilla y casi triste porque Isabela me había dicho que no podía quedar conmigo esa tarde. Hoy le he vuelto a mandar un mensaje para quedar, y me ha vuelto a decir que no.
Y, mientras tanto, yo sigo preguntándome si el día seis de junio de dos mil seis se cumplirá La Profecía.

Serán las seis y cuarto de la tarde.
Quién sabe, ¿A quién le importa?

Miro de reojo por la ventana; presiento que alguien me acecha desde lejos.
Café del mar. Otra vez.
He vuelto.
He vuelto a caer.
He vuelto a hacerlo.
He vuelto a apoyar mis rodillas en el suelo.
He vuelto a coger mi cepillo rojo.
Me miro en el espejo y sonrío.
Me sonrío hipócrita, traidora. Un poquito de falso amor recibe mi cuerpo antes de que yo le traicione. Me traiciono sin piedad. Si nadie me quiere, ¿qué más da que yo también me desprecie?
Cojo mi cepillo de dientes. Ese cepillo rojo con brillantina. Patético. Tan patético como yo.
De rodillas en el suelo, miro intermitentemente al cepillo y al inodoro. Beso al cepillo, lo lamo y humedezco mis labios con él. ¿Arrepentimiento? ¡De qué me sirve! Estoy sola en casa. Estoy sola en todos los sentidos. Si tuviera dinero para droga no me lo pensaría dos veces, pero, ¿para qué nos vamos a engañar? Si ni siquiera sé fumar...
Mis dedos han sufrido demasiado ya.
Necesito nuevos métodos de tortura.
Hacía ya bastante tiempo que no lo hacía. Por lo menos, adivina, dos meses. La verdad, me parecía mucho más... Unas arcadas, lágrimas, unas arcadas más y ¡premio!
Vacío mi estómago y no pienso en nadie más que en mí: maldita egoísta y estúpida, bulímica por afición.
Me miro al espejo. Estoy preciosa... Los ojos llorosos, el rímel corrido, los labios húmedos, hinchados y con excedente de pigmento. Parezco una junkie; mareada y confusa. Sucia pero preciosa. Una auténtica puta sin futuro.
Aún no es suficiente. Voy a la cocina e introduzco tres o cuatro bolsitas de infusión adelgazante en un botellín que posteriormente rellenaré con agua caliente.
¿Mi móvil? Apagado. Para qué encenderlo si sé que nadie anhela mi presencia. Sin contar, por supuesto, con esos desgraciados del Canal Latino que pretenden follarme a toda costa. Y Rubén, que también quiere hacérmelo. ¡Pobrecillo! Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...
Café del mar.
¡Nístrim debe morir!
¡Nístrim, muérete! Nístrim, ¿por qué no te mueres? Sabes el favor tan grande que harías a todos los de tu alrededor... Dejarías, por fin, de ser un maldito estorbo...
¿Por qué no te quitas ya de en medio...? Sabes que acabar con Nístrim Finde no es suficiente...
“Do you know?” dice Mandalay.
Mandalay… ¿que si sé qué? ¿Qué debo saber, Mandalay?
“I find (...) you are…”
¿Qué?
“Beautiful is you are”. And you know is beautiful…
Mandalay… ¡no! Sabes que no, que sólo soy una porquería...
Soy un error no abortado.
Un error.
I’m not wrong, the wrong is me.

Fracaso y traición. 1 de junio

1 de Junio de 2006
17:03h

“Love is the light in the darkness”, dicen Mars Volta. Vaya, creía que ellos no eran unos ignorantes como el resto.
Las ansias por morir aumentan por momentos, pero no soy una cobarde. No soy tan cobarde, no... “La muerte no es amiga”, me escribió Isabela en la agenda. ¡Y yo no soy amiga de nadie! Por Dios, ¿por qué nadie se da cuenta de lo grave que estoy? ¿Por qué nadie entiende lo sola que me siento? Por qué... ¿Por qué nadie quiere estar conmigo? ¿Por qué todo se me escurre entre los dedos? ¿Por qué doy tanto asco? ¿Por qué soy la enemiga pública número uno?

17:37h

Por fin me ha bajado la regla...
Demasiado retraso. Demasiados días “pre- regla”. Demasiados días hambrienta de sexo y chocolate.

Adoro esta vida. La ironía es un recurso hiriente. Yo soy hiriente.
Y me gusta herirme.
Travis dicen “You can win”. Sí, he ganado mucho, pero lo que voy perdiendo vale mucho más que el éxito. Vale mucho más que la cadenita que me compré en el British.
Travis, Mars Volta y Muse se turnan a modo shuffle en mi mini cadena.
Fuera hace sol, y los rayos se filtran por mi cortina naranja.
Carol está en el autobús yendo hacia Masena.
¡Gracias a Dios que existe Lucía!

lunes, diciembre 18, 2006

FRACASO Y TRAICIÓN

Y sabía que aquello era de todo menos amor, y lo admitía. Porque, después de todo, ¿qué más da si es o no amor? Lo importante es ser feliz.

Chèvrefeuille. 30 y 31 de mayo

31 de Mayo
9:25h

Picoteas cada piquito de piel que sobresale de mi ropa y me muerdes sin compasión al querer besar mi boca. Estás loco, pero eso qué importa ya...
Leave me alone is nothing serious...
You could know, so come in my cave!

Son las 21 horas, treinta y cuatro minutos.
31 de Mayo

Pido perdón a todo aquel ser inteligente a quien la vida le haya ido peor que a mí, aun no habiendo merecido yo tan buena suerte.
Anoche, a las diez y cuarto, quedé con Luis, un chico al que conocí en un chat hace casi un año.
Veintitrés años. Terminando la carrera de empresariales. Más bien tirando a niño pijo. No fuma y tiene como afición jugar al fútbol. Vamos, nada que ver con los junkies con los que me he enrollado últimamente.
Yo estaba bastante tranquila, pero al ver que no hablaba (algo que acostumbro a hacer: no hablar), él no dejaba de repetirme: “Que yo estoy en las mismas, que estoy nervioso ¿eh? Como nunca he quedado así con alguien, sin conocerla ni nada...” Y yo tampoco.
Me dijo que al principio le había parecido que era extranjera, así como rusa. ¡Ya estamos!
Fuimos con su coche a un lugar oscuro, detrás de no sé qué edificio (no sé, creo que me habló de que por allí había un polideportivo a donde iba él a jugar a fútbol. Quizá aquel edificio del que te hablo fuera el polideportivo, no sé.), Es que estábamos por Viana y yo por esos lugares no me centro.
Se lanzó y me empezó a besar. Así me gusta... Luego paró y me dijo: “¿Límites? Eh, que yo soy legal, ¿sabes? Así que tú dirás...” Mal. Le dije que se callara, que no hacía falta que fuera de “bueno”; así que nos fuimos al asiento de atrás y nos fuimos quitando la ropa. Es gracioso ver la cara de estúpidos que se les queda a los tíos cuando ven a una tía desnuda. Parece como si nunca hubieran visto una. ¿Y con las tetas? Parece que no se deciden a cómo tratarlas y al final acaban apretándolas o lamiendo como unos imbéciles los pezones, creyendo que con eso nos vuelven locas. Además, yo no sé qué les ven, ¡si yo tengo unas mini noventa b!
Menos mal que luego me recompensó comiéndome el coño y masturbándome de una forma magistral. Movía la lengua de una manera muy graciosa, muy rápida, haciendo vibrar mi clítoris... haciéndome jadear como una perra.
Su polla era gorda. No muy larga, pero sí muy gruesa. Me moría de ganas por sentirla dentro de mí, así que me senté sobre él y comencé a moverme salvajemente, contrayendo mi vagina para sentirla más. Mas adentro.
Él me acariciaba todo el cuerpo, volviéndose cada vez más loco, mirándome con esa cara de estúpido, tan típica en los tíos cuando están follando.
“Ya no eres tan tímida, y eso me gusta”.
Cállate.
“Dios, tienes que venir a mi piso”.
Calla...
Lástima que el muy imbécil sólo tuviera un condón.
Después del polvo pretendía hablar conmigo y tal, y, bueno, ¿qué quieres que te diga? A mí hablar no me gusta especialmente.
No dejaba de repetirme que era muy guapa, que me parecía a Nicole Kidman.
Julio también me dijo eso el año pasado.
Y que se lo había pasado muy bien conmigo y tal. Javier también me dijo eso la primera noche.
Al final, esta mañana no he quedado con Jorge, el tío ese de veintiséis años del que te hablé ayer. Otra vez será. Es que hoy he estado pa’quí, pa’llá, con los papeles de la matrícula de selectividad y tal...
Anoche, cuando volví a casa, me encontré con una perdida de Isabela. Se había acordado de mí cuando yo estaba follando con Luis.
Hoy Isabela me ha enviado un mensaje proponiéndome que saliese esta tarde con ella y sus amigas. Con ella, bien, pero ¿sus amigas? Calla, calla, que seguro que no les caigo bien o algo... que las tías somos muy perras.
Ella me ha vuelto a enviar otro mensaje:
“(...) Cuando quieras o puedas quedar avisa. Estos días estaré libre porque me dan igual las faltas. Pues eso. Sin prisas ¿vale? Besos guapa. TKM =)”

31 de Mayo, Jueves
17:10h

Que acierto hubiera tenido mi madre si hubiera interrumpido el embarazo cuando debió.
Qué bien hubiera hecho matándome antes.
¡Qué bien estaría todo ahora si yo no hubiera llegado a existir!

Chèvrefeuille. 30 de mayo

Martes 30, Mayo 2006
The Donnas said: “friends like mine
will never let you down…”
21:05h

Pierdo la noción del tiempo y resbalo por senderos luminosos que me llevan a ninguna parte. Desaparezco de tu mente en cuestión de minutos y limpio mi memoria con productos tóxicos que narcotizan mi mente.
Pienso sin querer en momentos de antaño y me entra morriña cuando veo lo feliz que era de niña.
“You’re going to fall behind me...”
Nota media: seis con cinco. ¡Qué tristeza!
Hay un tipo en Linobeno, atractivo (o eso dice él), de veintiséis años, con novia, que busca sexo con una tía sólo por las mañanas, ya que el resto del día está con su chica. Mañana a las once he quedado con él.

Las paredes de mi habitación ahora están decoradas con dibujos realizados por mí en clase de artístico. Son penosos, pero los he hecho yo y, en fin, a simple vista cualquiera puede decir que están bien hechos.
Mami tiene un corazón abrasando las entrañas de tu Nancy. Tu Nancy Spungen. Miraditas de compasión hechas por y para los pobres, (desgraciados humildes con corazón) y predicas a los cuatro vientos que estás orgulloso de ser un Sex Pistol, hijo bastardo de la heroína. Miraditas de lujuria y sumisión, anatomía de un poco seso marchito con miajas de simuladores cobardes, matanzas de animales y perritos de leyenda. Quisieras besar mi jardín, perderte en mi pecho y llorar en silencio cuando temas perderme. Quisieras aprender a amar, pero eres incapaz. Incapaz de querer, amar e incluso desear algo que no sea tu propia muerte.
“Secretly she cries... She burns like the sun!”
¿Qué es el punk? Me preguntas mientras clavas en mis ojos tus pupilas verdes.
¿Qué es el punk? Me preguntas, mientras escuchas Muse.
¿Qué es el punk, me preguntas?
Cualquier cosa menos Muse. Muse es magia, Muse es sublime... She has something to confess...
Muse es el causante de mis últimos errores, de mis últimos fracasos... Pero también es el culpable de mi locura, de mi histeria. El responsable de mis decisiones. Testigo de mis viajes y mis tristezas. Responsable, único responsable, de mi inspiración literaria. Muse es más que un grupo, más que música, Muse es el ángel de la guarda, ¡Mi ángel de la guarda! Que aparece y me excita y atormenta lentamente cuando escapa de los altavoces HI-FI de mi mini-cadena.
¿Seguiré siendo una groupie? ¡No! Se acabó eso de enrollarme con junkies con complejo de Kurt Cobain que se excitan al tacto de una guitarra desafinada.
A partir de ahora sólo me enrollaré con pijos que tengan coche y algo así como un proyecto de futuro profesional.
¡Ja ja ja ja ja aj aj aja ja jua jaj aja a ja ahá ja ja ja!
¿Qué es el punk, me preguntas?
“I’m falling down... They are begging for your dream!”
“No one is going to save this town. Today, I’m really afraid for what I’m looking for…

I was crying your name
You will never hear the same…
…So I’m crying away…
cause you…

It’s too late, I’m really afraid for what I’m looking for… It wasn’t you… falling away, you…
Pirañas vagabundas me buscan en el agua y tú me miras en el fondo, esperando una respuesta a tus interrogantes reprimidos. Dios, ¡No tengo telepatía! Empática en apariencia, sigo los consejos de un experimento fallido de principios de los años veinte. Me arrancas la piel, me desollas por completo y te tragas todo mi exterior, defendiendo tus actos con frases retóricas que apenas dicen nada.
Yo no lloré. ¡Sabes que no puedo! Sabes perfectamente que juré reprimir mis instintivos sentimientos y onomatopeyas ante ti. Sabes que vibro con mucha sensibilidad, pero no por ti. Soy sensible, pero no ante ti. Soy débil, pero no ante ti. Soy puta, pero no ante ti.
Controlling my feelings for too long!
And It makes me ill!
Please, let me dream your dreams, let me drink your tears…
You could be my unintended choice to live my life extended. You could be the one I always love… You could be the one who… you could be the one I always love. I’ll be there.
Pieces of the life I had before.
¡Muse me hace enloquecer de pasión!
You should be the one I always love...

domingo, diciembre 17, 2006

Chèvrefeuille. 29 de mayo

lunes, 29 de mayo de 2006

No soporto a Carol. Creo que le estoy cogiendo una manía...
Llorar es muy fácil, y eso es lo que ella hace: lloriquear. Todo el puto día, desde que la conozco, llorando. “Todo va a volver a la normalidad”, me dice en un mensaje. Y, dime, cuándo, Carol, cuándo cojones va a volver todo “a la normalidad”, ¿Cuando a ti se te ponga el coño? ¿Cuándo, eh? ¿Cuando tú quieras? Porque si estás mal es porque tú solita te lo has buscado. Desapareces todos los fines de semana y los días de labor no sales, eso lo primero. Así que dime tú cómo me vas a ver si apenas sales de casa. Haces cosas que duelen, y las haces porque tus amigas te importamos una mierda. Me dolió que no participaras en la elección de mi regalo de cumpleaños. Claro, para qué, ¿no? Bastante que les diste tu parte económica a Lucía, Sonia y Dafne poco antes de coger el autobús de Masena. Y luego, el treinta y uno de marzo, cuando vinisteis a darme los regalos, tú apareciste con la maleta y en cuanto los abrí te marchaste. ¿Tienes idea de cómo me sentí? Fue la cosa más fría y ruin que he visto.
Guille abajo, en el portal, esperando a que Lucía bajara, y Dafne mirando el reloj porque se tenía que ir a baile.
Esperaba que mi dieciocho cumpleaños fuera más que eso, más que diez minutos dieciocho días después de haberlos cumplido.
Me quedé como una estúpida, sola en casa, leyendo el libro que me habíais regalado: “Los cien golpes”. El libro que, aunque lo pagasteis entre las cuatro, sólo me regaló Lucía. Lucía fue la única que se fijó en que me gustaba ese libro, la que lo buscó... Lucía fue la única que puso algo de ella misma, algo de ilusión en el regalo. Lástima que ella también me decepcionara ese día y se largara con su novio.
No te puedes hacer a la idea de lo sola, estúpida y ridícula que me sentí, “abandonada” en mi habitación, escuchando a los niños a los que mi madre da clases de dibujo, leyendo a Melissa P. ¡Con las ganas que tenía de invitaros a algo, aunque sólo fuera un café, para estar las cinco juntas como buenas amigas!. Como las amigas que se supone que somos.
Me demostrasteis que os importo una mierda.
Gracias.
Y luego tú me vienes hablando de que quieres que todo vuelva “a la normalidad”. ¿Pero, qué es la normalidad? ¿Cuando íbamos a cuarto de E.S.O y salíamos juntas y nos reíamos por cualquier chorrada? Carol, no sé si te has dado cuenta, pero la única que sigue en cuarto eres tú.
Después te quejas porque Dafne sale de fiesta con tu enemiga Mimi. ¿Qué derecho tienes de juzgarla? Ellas son amigas, te guste o no, y si tú no estás aquí, a mí no me gusta la pachanga y Lucía hace mucho que nos demostró que no quiere volver a salir de fiesta, es normal que se busque la vida y salga con otra gente. Ella, mal que nos pese, no es tan tonta como nosotras y ha sabido buscarse otro grupo de gente para salir. Ella no está sola.
Carol, no podemos esperarte siempre.
¿Y si te dijera que ahora yo no quiero volver jamás al Praxis? Que estoy harta de escuchar siempre la misma música y ver a los mismos junkies de siempre. Si te dijera que ya no echo de menos para nada aquellos “Chop Suey” contigo en ese bar. Es más, ¿y si te dijera que ni siquiera te echo de menos a ti?
Este es el último año que voy a estar aquí. ¡Qué digo año! Los últimos meses, el último verano... Sabes que al año que viene ya no estaré aquí y que lo único que quiero es estar con vosotras el mayor tiempo posible, saborearos al máximo porque a partir de septiembre apenas nos vamos a ver. Pero a ti te da igual, porque eres una niñita egoísta.
Odias los cambios y por eso no soportas que Sonia se haya “acoplado” a nuestro “grupito”, pero es que, Carol, ¡ya no hay grupo! Se acabó, ya no somos aquellas cuatro amigas que se querían tanto. Ya, no. Dafne sólo quiere amigas para salir de fiesta y Lucía a veces me da la sensación de que el hecho de quedar conmigo lo ve como un acto de rebeldía contra Guille Todopoderoso y su padre. Pero de Lucía no me quejo. Es cierto que nos ha costado mucho entendernos y que hasta que lo hemos conseguido nos hemos hecho mucho daño la una a la otra, pero creo que esa es la base de nuestra buena relación. Estos últimos meses primaverales ha sido ella la única que me ha llamado (¡Ella, no yo!) en busca de una conversación, un paseo, quizá sólo compañía, ¡no lo sé! Pero lo que sí sé es que, durante estos dos meses, ella ha sido la única amiga que he tenido.
Tú estás siempre amargada por una u otra razón y piensas que eres la única que lo pasa mal, pero no me gustaría que te sintieras como me he estado sintiendo yo desde ese jodido treinta y uno de marzo. Desde ese día me he “autoencerrado”, por así decirlo, con el único objetivo de reflexionar y comprender por qué han ocurrido ciertas cosas. Si te digo la verdad, no he llegado a ninguna conclusión.
Lo que quiero decir es que no estoy mal desde ese treinta y uno de marzo, sino que estuve mal antes. El auto encierro sólo actúa como antídoto fallido. Todo ha ido mal desde que empezó este maldito dos mil seis, empezando por mis vómitos provocados. Sí, eso es lo que le dije a Sonia aquel día que me emborraché tan malamente: que yo, como ella, también vomitaba. Que yo también lo estaba pasando realmente mal.
Y no se trataba de querer adelgazar (ya sabes que la primera persona que ama mi cuerpo soy yo) sino que me sentía terriblemente mal. La autolesión es una acción que he cometido siempre (me refiero a las malditas briznas de mis dedos), y nunca he sabido bien por qué soy víctima de este acto mecánico que yo ejerzo inconscientemente contra mí. En una revista bastante absurda leí que la autolesión es un castigo que nos imponemos nosotros mismos cuando nos sentimos culpables por algo que hemos hecho. Bueno, simplemente nos sentimos culpables.
Yo no sé por qué me he estado sintiendo culpable, sólo sé que desde principio de curso he estado amargada porque la gran mayoría de la gente de la Escuela que me conocía (compañeros de mi clase del año pasado, por ejemplo) me rechaza el saludo, o, si iba con Johana, la saludaban sólo a ella. Me sentí fatal e intenté contrarrestar ese dolor estudiando más que nunca, esforzándome al máximo. Así, del tres al once de diciembre me encerré en casa para estudiar para los exámenes de navidad. Apenas comí durante esos días y de debilidad me aparecieron una especie de ampollas en diversas partes del cuerpo. Afortunadamente, logré una media de notable.
Con un afán de superación máximo y la compañía de mis queridos compañeros Johana, Carlos, Almudena, Álvaro, Omar y, más tarde, Sandra y Mónica, he logrado terminar el curso sana y salva. Aunque el trayecto haya sido doloroso. Ya ves, vómitos, borracheras exageradas...
Pero luego me di cuenta de que debía tranquilizarme, matar a la Nístrim “autodestructiva” y a la “Nístrim Finde” que se emborracha y enrolla con el primer junkie que encuentra.
Deseaba volver a nacer. O tal vez deseara suicidarme.
Y no me quejo, la verdad: Durante estos dos meses he tenido tiempo para leer (“Los cien golpes”, “El aroma de tu aliento”, “Hacia el Edén”, “La lista de Latour”, “Ella, Drácula”, “Lolita, de Heinz Von Lichberg”), de viajar (Londres y Génova), ver películas que tenía pendientes (“Million dollar baby”, “Gothika”, “La naranja mecánica”, “Trainspotting”, “Viridiana”, “Entre las piernas”, “El hundimiento”) y de conocer a gente tan maravillosa como Isabela, Maite, Izaskun y los chicos y chicas de Génova.
Además, los dos premios literarios. Es una pena que tú no hayas leído ninguno de los dos relatos premiados. Me hizo mucha gracia, hace pocos días, que me encontré con Julio (aquel profesor tan peculiar que nos dio clase a Lucía y a mí el año pasado) y le dije lo de los dos premios. Él me felicitó, alegrándose mucho por mí, y me preguntó si lo había celebrado con mis amigos. Yo bajé la cabeza (no sé por qué, la verdad), y él me dijo: “Si es que con estos iletrados no se puede...”.
La verdad, si no quisisteis ni celebrar mi cumpleaños, qué coño se os iría a ocurrir celebrar mis “pequeñas victorias”.
Estoy tan agradecida a Lucía por haberse acordado de mí, por querer hablar...
Bueno, mañana debo ir a la Escuela para ver mis notas y recoger los trabajos de dibujo artístico. Espero que todo haya salido bien. Espero haber aprobado todo.

Chèvrefeuille. 26, 27 y 28 de mayo

Día 56... 26 de Mayo
20:13h

(Según mi móvil, que está diez minutos adelantado)
Hoy, después de cincuenta y seis días, he estado con Carol y Dafne en cuerpo presente.
Sábado, 27 de Mayo de 2006
Aproximándonos a las diez...

En la cocina del patio, gastando electricidad innecesariamente porque, afortunadamente, aún es de día. Nos aproximamos al verano.
Estoy en Vetusta, por si no te habías dado cuenta. Mi familia ha estado limpiando esta tarde la piscina, para llenarla cuanto antes... (I love summer but I hate Vetusta!) mientras yo estaba en el salón viendo una película magnífica: “El hundimiento”.
Mensajes gratis e Isabela.
Isabela, Isabela, Isabela...
La echo de menos, me muero de ganas por estar con ella... Nunca me había considerado de una manera cien por cien bisexual (ni mucho menos lesbiana, visto lo visto) pero con Isabela es diferente. Muy diferente. Y genial. Con ella me entiendo mejor que con cualquier tío, nos entendemos, y lo mejor es que ella es lesbiana.
Domingo, 28 de mayo
19:20h

Hace mucho calor; un día puro veraniego. En el patio tomando el sol, mientras en la radio suenan los cuarenta principales y la piscina va llenándose de agua muy lentamente debido a la poca potencia que tiene esta vieja manguera.
Hay “Horas felices” pero no tengo batería y me dejé el cargador en Linobeno.

Tengo una extraña afición basada en leer los anuncios por palabras de los periódicos. Sinceramente, me da muchísima pena saber que los prejuicios nos llevan a buscar lo que queremos mediante mensajes anónimos. Yo voto por un mundo donde, sin ningún problema, se pueda preguntar: “oye, ¿te apetece sexo?” Así, sin divagaciones previas, sin mentiras que hablen de amor. Pero hay tantos prejuicios... De verdad, no entiendo por qué la gente opta por salir de marcha (ellas casi sin ropa y ellos apestando a colonia), dejarse claramente sobar y violar con la mirada, y no prefieren ir directamente al grano. No soporto a esas pijas que bailan reggaetón arrimándose provocativamente a un tío y luego se escandalizan si les proponen un polvo.
No me extrañaría que muchas de esas “estrechas calienta pollas” terminen enviando un mensaje al Canal Latino con algo así como: “Chica busca chico para ahora. No lucro, sólo puro vicio.”.
La gente que envía mensajes en busca de sexo al Canal Latino, por seguir con este ejemplo, no son en su mayoría (como muchos creen) pervertidos, pederastas o engendros de la naturaleza, sino gente normal, gente joven que sólo busca divertirse. Y es que está visto que salir un fin de semana con el objetivo de follar es prácticamente una tontería: mucho alcohol, mucho reggaetón y poco sexo. Mucho prejuicio en una sociedad claramente púdica e hipócrita.
Es muy triste ver la cantidad de gente que se siente sola.
Anuncios en el periódico, chats de teletexto, canales piratas (yo hablo del Canal Latino porque es el que se coge en mi casa, pero que hay un montón que subsisten gracias a los mensajes de “busco...” que envía la gente)...
Yo también quiero sexo. Sólo sexo, sin ningún tipo de compromiso. No me importa que la otra persona sea o no “mi tipo”, ni que comparta o no mis aficiones. No me importa la edad, ni el sexo, si tiene o no pareja, si estudia, trabaja o simplemente no hace nada. Sólo sexo, nada más. Y como yo, un montón de gente que se ve obligada a recurrir a los anuncios por palabras porque nuestra querida e hipócrita sociedad está sumida en un pudor absurdo; en una auto-represión sexual sin fundamento.

Sábado 26. A las cinco y media bajo a la estación de autobuses, en donde están Carol y su novio Pablo y cuyo autobús destino Masena sale a las seis menos cuarto. Hace dos meses que no la veo y ahora, debido a los parches anticonceptivos, tiene unas tetas gigantes. Me dice que tiene ganas de volver a salir conmigo y encerrarnos en el Praxis, que me echa de menos, etc. También critica ciertos comportamientos de su novio y tal, pero qué más da. Como si no la conociera... El motivo por el que no sale conmigo es, simplemente, que no hay fin de semana que no se vaya con su novio. Y seguirá ocurriendo esto durante mucho tiempo...
Hoy, que he hablado con ella por teléfono, me ha vuelto a decir lo mismo acerca de lo que me echa de menos y las ganas que tiene de estar conmigo en el Praxis. Le he propuesto que salgamos el viernes dieciséis de junio, que es cuando yo termino la selectividad, pero, cómo no, me ha dicho que se irá a Masena. Pues, sinceramente, por mí se puede ir directamente a la mierda.
A las seis y cuarto vino a buscarme Dafne, cuyo plan para esa noche era: “tú, yo y una botella en el Río”, para ir al supermercado a por unas botellas (melón y cranberry.). Fue muy agradable estar con ella después de tanto tiempo. Ahora ella está saliendo con Ramiro, un chico de nacionalidad guineana, de veintiséis años y que es portero del Titanius, un bar “bachatero” de La Desolada.
Después, ella se fue a clase de baile y yo volví a la estación, en donde estaba Josefina, a quien hacía ya no sé la de tiempo que no la veía. Acababa de llegar de Baracaldo y ahora debía esperar hasta las siete y media para ir a Vetusta. Me contó que ha vuelto con Torres, que sigue trabajando en una tienda de ropa y que por las mañanas anda cuidando a una señora mayor, pero que al año que viene se apuntará a una academia para estudiar belleza estética. Berta está trabajando en una residencia y la Cándida sigue tan niña como siempre.
Por la noche, una puta mierda.
Acabó saliendo con nosotras una chica que va a baile con Dafne, y se emborrachó de tal manera que no conseguía articular una frase con un mínimo ápice de coherencia. Entre el estado etílico en el que se encontraba esa chica, que Dafne estaba con Ramiro, y yo bailando sola “Hips don’t lie” de Shakira entre la maraña de tipos asquerosos del Titanius... Al final me rayé tanto que me fui a casa sobre las dos y media.
Cada vez me da más asco el mundo de la noche. El pueril mundo nocturno de La Desolada.
Con Isabela me he enviado qué sé yo cuántos mensajes desde el viernes. “Hablamos” tanto que acabamos diciéndonos que deseábamos enrollarnos, aunque ella me contó que aún no se ha enrollado con ninguna tía y esperaba que la primera vez fuera especial. Esto me asustó, pues supuse que eso significaba que no deseaba que yo fuera la primera, pero anoche me escribió que sí, que yo era la chica especial que había estado buscando. No sé cómo terminará esto, la verdad, pero me siento muy extraña. Y extrañamente bien.

Chèvrefeuille. 24 de mayo

24 de mayo de 2006
09:08h

Según el reloj del móvil, que está un poquillo adelantado...

Cuentos, pababosionismos, ósculos, manuscritos, ritos acaecibles, sinónimos, falacias entrecruzadas en el centro de mi corazón.
Lloriqueos infantiles que cometen imprudencias.
Asqueados moribundos me abandonan en el coche de cualquiera que me entregue corazones.
Mirones y aspavientos de contingencia inverosímil.
Y palabras, más palabras que no dicen nada.
Niños grandes, grandes imbéciles.
Ciento cincuenta gramos de repugnancia caliente.
Cocción ambigua de envidia imprudente.
Quieres recordarme, pero el espacio que nos separa es más grande de lo que puedas imaginar.

12:00h

Para qué un cisne, para qué un caballo. Yo sólo espero ser algo más que un animal. Siempre buscando algo que es imposible de encontrar. ¿Dónde está el verdadero gen de la frustración?.
Como no se me ocurre nada digno y ocurrente, me imagino desnuda delante de un ente. Hay visos de tranquilidad allí donde no puedo acceder.
Gabinetes negros de armonía pretenciosa y yo cabalgando a orillas de un Río pequeño.
Moribundo arquitecto que busca el horizonte.
Pequeño armiño sintiendo holocaustos corporales.
Miedo y ardillas corriendo tras de mí. Salto, pero ellas logran alcanzarme.
Automatismo exquisito sin una pizca de racionalidad.
Muérete antes que yo; quiero ser testigo de tu maravilloso funeral. Guantes de látex, sudados y sucios. La doble s me corrompe las entrañas. Entrañas sangrientas, mórbidas y oníricas que me manchan el interior.
Carente de sentido y llena de vacío: sin ti me
siento así, pero contigo es aún peor. ¿Oyes las palabras saliendo de mi armario?
Represión y fascinación.

Chèvrefeuille. 21 de mayo


Quise ir a Génova para visitar el cementerio. Quizá deseara suicidarme...
Sin embargo, allí he encontrado algo mejor.


Domingo 21 de Mayo
12:35h

Cranberries

Día cincuenta y uno. No salgo desde el treinta y uno de marzo.
Viernes treinta y uno de marzo: casilla de mi agenda en la que se puede leer: “necesito inspiración”, “La ninfa imaginaria”, “me cae mejor Fátima”, “por fin me dan los regalos”, “los cien golpes”, “Javier=hobbie”, “Carol y el nivel cuatro”.
Omar me dijo que estaba fea al salir de la terrible y angustiosa clase de inglés. Johana no había venido y tuve que aguantar los cincuenta minutos de esa clase escribiendo el principio de “La ninfa imaginaria”, basándome en un sueño de despertar imposible que tuve el día anterior durante la siesta. Era segunda hora y a primera no había ido porque tocaba filosofía y, sinceramente, antes de soportar una insulsamente mal impartida asignatura, prefería gastar esa hora poniéndome decentemente el pelo y maquillándome un poco. Me apetecía verme bien.
Salgo de clase de inglés, miró mi móvil y veo una perdida de la madre de Lucía. Saludo a Omar, que me devuelve el saludo con un: “¡Pero qué careto!”. Paso de él y voy a las taquillas, a sentarme en un banco. Álvaro me dice no sé qué de que tengo cara de sueño y otro bobochorra me dice que alegre la cara. ¡Hasta los cojones de esa puta pandilla de freaks!
Brillo de labios, línea negra, rímel y sombra clara. Estoy preciosa porque además me he sacado el rizo y ahora el pelo tiene “otra gracia”.
Pasa Guille y le pregunto si sabe algo de Lucía, ya que he recibido una llamada de su madre y se me ha hecho raro. Me contesta con alguna frase típica de su “humor”: “Sí, la ha atropellado un tren, etc, etc...” Lo miro escéptica, me levanto y me voy sin apenas despedirme de esa pandilla de subnormales.
En casa escribo: “La ninfa imaginaria”...
Ni a técnicas, ni a lengua. A la una y media me dirijo a la Escuela para asistir a la clase de Mariví: historia del arte, pero por el camino me encuentro con una efusiva Lucía y una emocionada Fátima que acaba de hacerse el reconocimiento médico para sacarse el “carné de moto”. Total, me quedo con ellas y no voy a clase. Tengo la oportunidad de conocer a Fátima, la conozco y nos llevamos bien. Nos entendemos (pero no en el sentido lésbico de la palabra).
20:21h

Amaba lo que quería sentir en cada momento pero no llegaba al lugar de los actos cometidos. Saltaba del tejado al suelo, a la otra punta del escenario, e insinuaba con las caderas movimientos imposibles para que tú te arrodillaras y me dijeras que me amabas. No sabía la cualidad de tus defectos y odiaba a tus ojos azules por someterme a ellos. Hoy sé que tú...
Cómo poder pensar ni siquiera si quiero hacerlo. Quiero sexo aquí y ahora con cualquiera que pueda penetrarme y hacerme gritar. Quiero sentirme sucia, quiero verme como una diosa... Quiero, quiero... do you have...?
Paseo sin descanso por un valle de antinomias y grito cuando veo que me das la razón. Muero sinuosa en un valle de lágrimas sin poder despegarme del suelo que me ata. Quiero sentir el pecado en la carne, quiero que me mates lentamente. Quiero que el calor de tu cuerpo me abrase mortalmente, como el fuego de la hoguera penetra a las brujas. ¡Castígame como si lo fuera! Como si fuera una bruja... Sí, soy una bruja. Soy una maldita, soy una hereje que peca sin remordimientos. Métemelo... quiero sentirte dentro de mí. Quiero volver a gemir por ti.
Amaba todo lo que me hacía sufrir. Te amaba a ti.
No me cuentas nada nuevo y a la vez me lo anuncias todo. Miro hacia atrás en busca de mis sentimientos retrospectivos y ya no te puedo ver. No me acuerdo de tu rostro.
Garabatos imposibles de descifrar mezclan nata en las entrañas de las nueces, y tú sigues mezclando melocotón con manzana, esperando que la fuerza de la doble m te proporcione el poder del mamón mimoso.
Bueno, chúpate otro dedo, introdúcelo con cuidado y cuida de hacerlo bien, porque sé que si no grito llorarás de frustración.
Reprimiré hasta el más mínimo ápice de placer para ver tu gesto de desesperación e impotencia y tus ansias de hacérmelo bien. ¿Qué quieres? Sólo eres un hombre, es normal que juegue a manipularte.
Soy tu superior, tu diosa.
20:48h

Creo que me he enamorado de Isabela.

CHÈVREFEUILLE


Para qué un cisne, para qué un caballo.
Yo sólo espero ser algo más que un animal.
Siempre buscando algo que es imposible de encontrar.
¿Dónde está el verdadero gen de la frustración?.

Musas y sirenas. 14 de mayo

Domingo 14 de Mayo
17:53h
ya ha pasado un mes...

Un mes. Un mes sin ver a Carol, Dafne y Sonia. A ninguna de las tres. Un mes pensando sólo en mí, un mes sin “Nístrim Finde”.
Un mes. Un mes para conocerme.
“Le Vibrazione” escapa por la mini cadena de la oficina, en Vetusta.
Mi tripa vuelve a estar hinchada. Comienza el ciclo...
Il compositore di nuvole si rinchivole in un libro di favole oniriche...
Un mes para conocer: Isabela, Matilde, Arantxa, Patrizia, “Funny” Alsina, Nikkio, Andrea, Izaskun, Maite, Johana...
Un mes para llorar, un mes para reflexionar.
Un mes para recordar, un mes para olvidar.
Un mes para desaparecer. Un mes para aprender.
Un mes para ganar. Un mes para descubrir. Un mes.
Un mes.
Sabes que aún te queda lo más importante. Sabes que aún no has llegado a una conclusión, que te es descriptiblemente difícil hacer creacionismo con un pilot. ¡Necesito un boli bic! Moreno solarium y las briznas diciéndome que aún no he logrado mi verdadero objetivo.
Sé que estoy nerviosa. Aún. Y que sólo soy una simple adicta al chocolate. Buscadora empedernida de la deseada autoestima. La perdí en algún lugar estúpido, como mi boli bic y la chapa de los Sex Pistols.
Arantxa, inconscientemente, se convirtió en mi psicóloga personal.
Génova me recordó momentos significativos de mi infancia.

A menudo imagino que caigo impotente al vacío y me convierto en una muñeca desmontada. Despojada de extremidades, fría, sin expresión. Una muñeca de plástico, hueca, como las imitaciones de Barbie que venden en los “Todo a cien”. Como las muñecas “María” que mi madre me compraba cada vez que íbamos a Haro a hacer la compra. Las “Marías” que tenía durante mis tres o cuatro primeros años de vida, cuando vivía en Castañares y ya, gracias al lanzamiento en VHS de “La Sirenita”, los dibujos de mi madre y el cuento de Ariel que logré memorizar de tantas veces que obligué a mi madre a leérmelo, soñaba con evadirme. Vivir bajo el mar. Ser una verdadera sirena.

Musas y sirenas. 13 de mayo

Sábado 13 de Mayo
17:40h

Esperando a que este trasto arranque...
Ayer vi un gato negro. No soy supersticiosa, el avión es seguroooooooo...

Serán sobre las nueve...

Dios, no creo que nadie vaya a saber jamás lo que voy a echar de menos a esta gente... Nadie...
Nadie sabrá jamás lo que siento. Nadie logrará entrar en mi mente. Nadie conseguirá manipularme.
Hay varias razones por la que prefiero escribir con un boli bic antes que con un... “uni-ball signo” como este... Entre otras cosas, porque con un bic puedo hacer dibujos, gracias a la posibilidad que tienen de cambiar de tonalidad... ¡¡¡Dios!!! Tanto Dios, dios, dios... ¡Dios, soy atea!
Me he enamorado perdidamente de Génova y su gente. Su tranquilidad, su romanticismo... Nunca olvidaré la sencilla amabilidad de la familia de Matilde.
Las nubes ocultan la preciosa vista de la nocturnidad milanesa. Traspaso las nubes, sobrevuelo Milán... Cada vez me alejo más de Génova. Cada vez me enamoro más. Cada vez más melancólica. Cada vez más cerca de Linobeno, cada vez más sola.
Echaré tantísimo de menos las tardes en la plaza de Ferrari, las comidas en “familia”, la pasta, el pesto, el gato... Mao durmiendo conmigo, arrebujadito en el hueco que dibujan mis piernas dobladas cuando estoy durmiendo en la cama. Mao, el mimoso gato de Matilde que tanto me recuerda a Cuchi, aquel gato al que tanto adoré hasta hace unos pocos años. Aquel gato que me ofrecía tanta ternura y cariño cuando vivía en un pueblo sometido a la hipocresía y el Opus Dei. Sí, un pueblo peor que Linobeno. Me he enamorado de Génova.
Matilde, Patrizia, “Funny” Alsina, Andrea, Giulia, Serj, Dan, Nikkio... Nikkio.
¡Maldito tópico del chico italiano...! ¡No he podido resistirme! No ha sido amor, pero ha sido una bonita historia breve. “A love story” dice Arantxa, a la que he logrado conocer muchísimo mejor. Para ser franca, pese a que ya la conocí el año pasado y este curso ha ido a mi clase, la he conocido durante esta semana en Génova. Nos hemos conocido en Génova. Y me ha caído muy bien. Esta mañana, cuando en el instituto nos hemos tenido que despedir de Patrizia, Matilde y Marta (una chica, también italiana, que ha hospedado en su casa a una chica polaca.), y a Arantxa se le han llenado los ojos de lágrimas - yo también me he sentido terriblemente triste, pero soy tan fría... –hemos prometido que este verano tenemos que ir todos juntos de camping a un lugar cercano a Barcelona. Me muero de ganas de que eso ocurra. Me muero por volver a Génova.
Milán – Bilbao. Cada vez nos acercamos más a España, cada vez me siento más segura en el avión.
Nikkio... Me llevo su anillo, su púa, la maqueta de su antiguo grupo y un cd de “Le Vibrazione”, un grupo punk – rock italiano que él me recomendó comprar. Ayer por la noche dimos un paseo por la zona en donde vive Matilde, y no dejó de decirme palabras bonitas que creí jamás alguien me diría. ¡Y en italiano, nada menos! Yo me mantuve eternamente escéptica ante sus armas verbales de típica conquista italiana, pero debo admitir que me encantan sus besos. Sus besos, suaves, dulces, tiernos, húmedos y cálidos. Y el detalle tan grande de venir a despedirme al aeropuerto de Génova. Esos últimos momentos, entre besos y palabras que componían frases trilingües, entre inglés, español e italiano. Esos últimos momentos, esas últimas miradas y esos: “This summer I want to see you in Barcelona” son los que me han hecho tomar conciencia de que le voy a extrañar.
No es amor. Ni siquiera es un sentimento forte.

Musas y sirenas. 11 de mayo

Jueves, 11 de Mayo
7:45h

Happy, happiness.

Cosas por las que estoy contenta:
1. No tengo saldo, por lo que no puedo llamar ni me pueden llamar a mí. He perdido todo contacto posible con España.
2. Estoy en Italia, y estoy bien.
Mi escritura se ha vuelto pueril y fácil… Me gustaba más cuando estaba triste y depresiva…
Ayer por la tarde Arantxa y yo fuimos con los profesores a ver el Aquarium, que es de los más grandes de Europa. Sinceramente, eso es muy triste. ¿Cómo pueden tener prisioneros a esos pobres animales? Me dio muchísimo pena… A mí, que siempre quise ser una sirena.
Una sirena… Porque las sirenas son, al menos para mí, un símbolo extraordinario de libertad, liberación y, en cierta medida, libertinaje. Un símbolo femenino pero fuerte. La mujer, que está bajo el hombre (él está en la superficie, en un barco o en tierra), pero no está ahogada. Ella es fuerte y con su canto, con sus “armas de mujer”, incluida por supuesto la inteligencia, logra derrotarle, atraerle al mar y ahogarlo.

8:46h
Clase de filosofía.

La sirena como algo más que una ninfa mitológica. La sirena como “femme fatale”. La
sirena que desea escapar de ese mundo que, poco a poco, la va ahogando, asfixiando.
A mi parecer, la sirena vive como en Matrix: un mundo muy bonito con pececitos de colores y fiestas acuáticas. Sí, sí, todo es muy bonito “bajo el mar”, que diría Sebastián. Pero Ariel, la mítica “princesita Disney”, ya ha visto el exterior. Ella ha sido testigo del excitante peligro de la superficie, de la realidad: ha visto cómo un barco explota, ha visto el fuego y el dolor, el pánico reflejado en los rostros de los “inaccesibles”, “invencibles” y enormemente “peligrosos” hombres. Sí, porque su padre le advirtió de que la superficie es peligrosa y mala. Los hombres son malos. Pero ella ya no les tiene miedo porque ha sido testigo de la verdadera naturaleza humana, la basada en el dolor. La basada en el miedo, la violencia, la destrucción.
Y, al cantar al oído de aquel indefenso principito, que a punto ha estado de morir ahogado, se ha sentido poderosa y superior. Ella, y sólo ella, ha podido salvarlo del asfixiante mar. De ahogarse, de quemarse. Agua y fuego. Sensualidad y pasión. El erotismo y la utopía romántica del mar ha salvado a la pasión destructiva de la tierra. Ella es la diosa, ella es el ser superior. Sin ella, él estaría muerto.
Igual que en “1, 2, 3… splash!”, cuando, al final de la película, la sirena y el hombre quieren huir de la tristeza, de la violencia que reina en la tierra; huir hacia el mar. Pero él, en el agua, no puede respirar. Es entonces cuando ella dice: “Conmigo no te pasará nada”. Con ella, él estará a salvo. Ella es la diosa, ella es el ser superior. Pero, mientras que en “Splash”, finalmente optan por vivir en “Matrix”, Ariel, más valiente, desea arriesgarse, dejar de soñar, despojarse por completo de las horteras coreografías de sus amiguitos los peces de colores, y despertar. Despertar y vivir en la realidad.
La realidad… ¿pero quién me asegura que una vez esté allí no se convertirá en una de esas odiosas esposas sumisas? No olvidemos que para estar con su “principito” ha abandonado todo: a toda su familia, a todos sus amigos e incluso, lo más importante: su voz, que es su verdadera arma, su don más preciado.
Malditos dibujos infantiles, empeñados en maleducar a los niños. Empiezan bien pero al final siempre tienen que desviarse hacia una moraleja machista y conservadora.
La “femme fatale” derrotada, convertida en princesita consorte, sumisa concubina del estúpido machito “real”.
La realidad es un asco. Yo también habría optado, como la sirena de “Splash”, vivir en “Matrix” y seguir haciendo fiestas con los pecetitos de colores. Cualquier cosa con tal de no abandonarme en las estúpidas normas de esta maldita sociedad patriarcal.
Como “La ninfa imaginaria”, yo habría optado por soñar…

11:34h

Pues sí, me lo estoy pasando muy bien aquí, pero no he podido ver nada histórico o artístico. Matilde, Patrizia y sus amigos prefieren fumar, comer focaccia, etc. No sé, son típicos adolescente cuyo único foco cultural es la música. Sobretodo el punk. Oda a los Sex Pistols. Yo hubiera querido visitar museos o catedrales, no sé, lugares significativos de Génova… Pero va a ser que no. Tendré que conformarme con el maldito Aquarium.
Anoche fuimos a un pub inglés. Era muy bonito, fue como regresar a Londres, je je. Me reí un montón con Patrizia, Matilde, Serj y Alsina, que es very funny. Pero no estuvieron otros amigos de Matilde que me caen genial: Andrea, un chico rubio que habla muchísimo; está loco, es muy simpático y Nikkio, que es guapísimo.
Anoche, Arantxa y yo hicimos unos litros de kalimotxo, pero bebí poco; no quiero emborracharme. Para antes de la una ya estábamos en casa.

14:28h

Hoy hace un día veraniego pero no iremos a la playa porque Matilde y Patrizia no están depiladas. Yo no tengo ese problema, porque mi vello es muy clarito y con el sol no se ven los pelos de las piernas. Así que iremos a la plaza de Ferrari, como cada tarde. Allí estará Nikkio. ¡Dios, no puedo volver a España sin antes haberme enrollado con un italiano!

Diccionario básico
Bellalt:
It’s ok.J
Secondo me qualcosa c’e:
In my opinion there is something.
Personaggio: nice person
Ci stai dentro come i draghi:
you are very cool.
Vaffanculo:
fuck you.
Sorca:
guapa.
Belin:
Wow J
Piazza de ferrari:
plaza with fontain J
Grandissimo:
Very good person.
Fico:
guapo.
Quello sempre:
this always.
Troia, vacca, puttana, bagascia, zoccoia, baldracca, cuncubina:
puta.
Fomiti, fanculo, suca:
fuck you.
Stronzo, bastardo, infame, coglione, cazzone, minchione, pezzo di merda, testa di cazzo/minchia, figlio di troia (puta):
bad words to say to the people.
Abbastanza:
so a so.
Logorroico:
person who talks too much.
Perverso:
pervertido.
Imbarazzante:
person who feels shy.
Rosso di sera bel tempo si spera:
red in the evening, good weather we hope.
A sai la differenza tra te e una rosa blu? La rosa blu é rara, tu sei unica:
Do you know the difference between you and a blue rose? The blue rose is strange, you are unique.
Non so se stare sugglia a pensarti o dormire sperando di sognarti:
I don’t know if stay up thinking of you or sleep hopping dream with you.
Fissiamola
: look
Figura de merda:
figure of shit.
La natura ti ha fatto un brutto scherzo:
the nature have done a bad joke to you.
Leccami la parte che si innalza e muore: suck me the part that stand up and die.

sábado, diciembre 16, 2006

Musas y sirenas. 9 y 10 de mayo

Martes, 9 de Mayo
20:11h

Segundo premio en narración breve del concurso literario “De Linobeno”, que se celebra cada año en Linobeno. ¡El segundo premio! ¡Dos cientos cuarenta euros! Y ¿sabes qué es lo mejor? Que el relato premiado ha sido “La ninfa imaginaria”.
Serán aproximadamente las nueve de la noche
“La ninfa imaginaria”, segundo mejor relato del concurso literario “De Linobeno”. Dios, no puedo creérmelo...
Además, estando aquí, tan lejos de casa, tan lejos de todo, que me llegan las noticias de Linobeno sólo por teléfono... es como si se tratara de otra realidad, de otro universo al cual no puedo acceder. Pero no, es real.
Ayer por la tarde volví a hablar con mi madre, ya que a las siete tuvo que ir a recoger el premio. El sábado seis el de Surelia y ayer éste. Parece mentira, ¡dos premios en menos de una semana! Esta mediodía, al llegar a casa después del colegio, antes de comer, me ha vuelto a llamar mi madre. Me ha dicho que toda la familia está muy contenta por mí. Qué bonito es el amor...
La historia del premio viene a ser una cosa así: los del concurso llamaron a la Escuela para que se me comunicara que había ganado un premio, Marisa les dijo que yo estaba en Génova y buscó a Johana para pedirle el número de mi madre. Pero Johana no tiene ese móvil, por lo que buscó a Almudena, que sí lo tenía. Así que fue ella, Almudena, quien avisó a mi madre vía sms. Claro, mi madre, para asegurarse, optó por ir personalmente a la Escuela de Arte y hablar con Marisa. Y yo, mientras tanto, tan tranquila aquí en Génova...
Ganar un premio, que reconozcan y valoren lo que haces, es una experiencia maravillosa, pero lo mejor de esto es ver cómo todos los de tu alrededor se alegran y enorgullecen de ti. Ayer, Diana me envió un mensaje para felicitarme por el premio de Surelia. Le iba a mandar otro diciéndole que también había ganado este otro premio del que te estoy hablando, pero como de Italia a España y viceversa, los mensajes no son precisamente baratos, pues decidí “reservar” el saldo para otras cosas...

Miércoles, 10 de Mayo
8:00h

En la cama, esperando a que Matilde baje de la habitación para irnos al colegio. Su colegio, “Leonardo Da Vinci”, es el más grande de toda la ciudad, y es precioso. Creo que antes fue una iglesia, y que por eso conserva una decoración tan clásica. Bueno, clásica no, es más de ese periodo que une el Renacimiento con el Barroco. Precioso, sin más. Es un colegio muy bonito. Ella estudia el bachillerato científico, pero su asignatura preferida es filosofía.

8:19h
Ya en la clase, pero a la espera del profesor.
Como te iba diciendo, su asignatura preferida es filosofía, pero su profesor es malísimo.

8:38h
Sí, es malísimo.
Lo que me aburro...
Génova tiene un montón de cosas para ver. Que si catedrales, museos, el mayor acuario de Europa...
Los padres de Matilde me regalaron una guía de la ciudad, gracias a la cual he descubierto la gran cantidad de lugares interesantes y dignos de conocer que tiene esta ciudad. Sobretodo para alguien como yo que estudia arte. Por ejemplo, hay una iglesia en la que hay dos frescos de Rubens. Sin embargo, a la gente con quienes vamos no les gusta el arte. Estos chavales sólo adoran a los Sex Pistols y los porros. El fume, el fume, el fume. Ok, me encanta el punk, pero esta es la primera (¡y puede que la última!) vez que estoy en Italia y me encantaría aprovechar esta emana al máximo. Nada... ya es miércoles.
Ya es miércoles, nos iremos el sábado y aún no he visto nada interesante. Estar aquí es como estar en Linobeno. Eso sí, los amigos de las italianas son majísimos. Están muy muy locos, pero me encantan. Creo que les voy a echar de menos cuando llegue a Linobeno.
Ayer estuvimos por el Casco Antiguo pero no me compré nada. ¡Buf! Aquí, como en España, el comercio se resuelve en Zara, Sephora, Douglas, H&M, Pimkie y chinos. Más chinos, chinos, chinos... ¡Estoy hasta los cojones de los chinos!
Respecto al premio...
Mandé mensajes para comunicar la noticia a Dafne, Isabela y Guille. A Almudena le mandé uno agradeciéndole que avisara a mi madre, y a Guille pidiéndole que se lo dijera a Lucía. La única persona que me ha contestado ha sido Isabela. Ya sé que enviarme mensajes sale caro porque estoy fuera de España, pero... Guille me hizo una perdida. Ok. Dafne, nada. I love my friends.

10:03h
Esto del Proyecto Comenius es un tostón. Se aburren hasta los de la organización. ¡Aaaaah!

Musas y sirenas. 8 de mayo

8 de Mayo.
No sé la hora, sólo sé que estoy en clase. A primera hora.

Sí, parezco rusa. Me parezco a Yulia el primer año que estuvo en España. Nosotras íbamos a cuarto de la E.S.O – cuando digo “nosotras” me refiero a Carol, Lucía, Dafne y yo – y Yulia, que no tenía ni puta idea de español, pasaba las horas lectivas escribiendo y dibujando. Pasando de todo.
Primera hora, historia.
No tengo ni puta idea de italiano y me aburro...
Ayer fuimos a un parque muy bonito. Me equivoqué, no fuimos a ningún pueblecito costero. No sé italiano y mi inglés es pobre. Normal que no nos entendamos... estuvimos en Nervi.
La cuestión es que Arantxa volvió a traerme a la memoria el sentimiento extraño que me provoca Víctor. Ella me contó que una mañana, yendo a clase con Jenny en el autobús desde su residencia, coincidieron con Sergio, quien les dijo algo así como: ¿Podríais darme el número de Nístrim? Es que a Víctor le sigue gustando y...”
¡Aaaagh!
Un poquito más tarde...
Me voy a dormir. Sé que está hablando del s.XIX, pero nada más.
Que sí, que estaba tan “enamorado” de mí que buscó mi número, ¡oh, me desmayo de la ilusión! Ejem, ejem. Mandó al más imbécil a que lo encontrara – mi número, digo. –.
Arantxa me dijo que pensaba que él y yo estábamos juntos. “Igual sí es verdad que le gustas”, me dijo. “Sí, ya”. Maldito hijo de la gran puta...

Sigue siendo 8 de Mayo...
14:41h

¿Sabes lo que es la felicidad? Pues algo así es lo que siento yo ahora. Felicidad.
Me ha llamado por teléfono la jefa de estudios de la Escuela de Arte, con quien fuimos a Londres, para decirme que los responsables del Concurso Literario “de Linobeno” habían llamado a la Escuela de Arte para comunicar que yo había ganado. ¿Lo entiendes? ¡He ganado el concurso literario “De Linobeno”! Pero no sé qué puesto ni cuál de mis relatos ha sido el premiado. Espero que haya sido “La ninfa imaginaria”, porque es mi cuento preferido. ¿Habré ganado el tercer, el segundo o el primer premio? It’s a wonderful experience win two literature awards on the same month. I’m very, very happy!
Voy a mandar un mensaje a Alejandro Narro.
Mi madre tampoco sabe qué premio me será otorgado ni qué relato es el ganador. They (Marisa and my mother) only know what I told you. La entrega de premios será esta tarde a las siete en un centro joven muy popular en Linobeno.
Cuando he comunicado la noticia a Matilde, Giulia y su madre, a la hora de comer, se han puesto muy contentas, me han felicitado y me han pedido que cuando llegue a España les envíe el relato. It’s great.
¿Te he dicho ya que soy muy feliz?

Musas y sirenas. 7 de mayo

7 de Mayo. Domingo
12:28h

Génova.
Estoy en la habitación, que comparto con Matilde y su hermana. Matilde está hablando por teléfono pero yo no entiendo nada. El italiano es una lengua muy bonita.
Esta familia es muy agradable, además a las hijas les gusta la buena música: Red hot chili Peppers sobretodo.
Anoche salimos, pero no fuimos de bares. La verdad es que fue un alivio, porque el hecho de beber ya me asquea con sólo mencionarlo. Ya sé que antes esperaba ansiosa la llegada del fin de semana para salir de fiesta y vodka, vodka, vodka... ¡¡VODKA!! Pero desde que no salgo ya no espero con excitación la llegada del viernes. No, no tengo ninguna gana de volver al “Escape”, ni al “Praxis”, y mucho menos a cualquier otro bar de La Desolada en donde sólo conocen el reggaetón. Tengo miedo a emborracharme y cometer alguna tontería, por mísera que sea. Como el último sábado que salí, que casi me enrollo con aquel tipo. Me di tanto asco, me sentí tan pueril, allí en La Desolada, sola y un poco borracha... Me avergoncé tanto de mí...
Me avergoncé tanto que acabé notando cómo unas lágrimas del tamaño de una chapa de “Sipecusa” bajaban pesadamente por mis mejillas. Yo estaba en la habitación de Javier y éste me estaba diciendo no sé qué chorradas. No lo sé exactamente, no le estaba escuchando. Seguramente me estuviera diciendo, indirecta o directamente, que no querría volverme a ver. Me da igual, yo había pensado en eso desde hacía más tiempo. En cualquier caso, yo estaba llorando en silencio. Llorando por mí. Llorando contra mí. Él me pidió un beso, tal vez con eso quería consolarme y protegerme, pero protegerme ¿de qué? ¡Si seguramente él creyó que lloraba por él!. Ignorante...
Yo no lloro por nadie más que por mí. Y aquella noche con más razón. Aquella fue la noche en que me di realmente cuenta de que no podía seguir así. Que ya debían acabarse mis interpretaciones de fin de semana. “Nístrim Finde” debía morir para siempre. La noche pueril acabaría para siempre con esa noche. Y, aquella noche, cuando peor me sentía conmigo misma, mejor me trataba él. Incluso me acompañó hasta casa sin yo habérselo pedido. Me acompañó a casa ¡con la de veces que tuve que pedírselo yo! ¡Con la de veces que me acompañó sólo hasta medio camino o tuve que irme sola, sin más! No, aquella noche se portó bien. Se portó como si fuera la última noche.
Entré al portal, me llamó por mi nombre, volví a salir y me besó como nunca. Llámame, ¿vale? Me dijo. Hasta hoy. No le llamaré. Seguiré sin llamarle.
Aquella noche decidí matar a “Nístrim Finde y a todo su mundo.
En Génova, bien. Matilde es punkarrilla, pero vive en un chalet. Parece un poco mimada, pero es maja. También su hermana, Giulia, y sus padres. Y su gato, su hámster y su pez moribundo. Todo va muy bien.
Anoche fuimos Arantxa y yo con sus amigos, ya que su italiana y la mía se fueron con sus novios. En fin. Fuimos al puerto, pasamos frío y uno de los chicos me estuvo repitiendo durante todo el santísimo rato que más que española parezco rusa. Que me parezco a la pelirroja de T.a.t.u. Eso también me lo dijo una vez Guille. La verdad, no sé en dónde ven el parecido.
Después de comer iremos a un pueblecito costero que hay aquí cerca con Patricia (la italiana de Arantxa) y Arantxa.
Arancia significa naranja en italiano.
Anoche, Dafne celebró su cumpleaños, pero no pudimos ir ni Carol ni yo. Carol en Masena, como siempre. Ahora la llamaré a ver qué tal le fue todo el día de su dieciocho cumpleaños.

Musas y sirenas. 6 de mayo

Ni qué día, ni qué hora...
6 de Mayo

Vuelo a Milán, cancelado.
Perfecto.

Nada parece simple alrededor, sólo vacío. Vacío (alienado, diría Marx) y frío, aunque hace calor en este café. Café solo. Sólo café solo.
Bilbao, aeropuerto, son las...
Son las siete. Sólo son las siete y yo llevo toda la noche sin dormir.
Dentro de cinco horas se entregarán los premios del “XVII Concurso literario de Surelia” y yo no estaré allí. Hablarán de mi cuento pero yo no podré escucharlo.
¡A Alejandro Narro le han gustado mis relatos!
Llego a casa después de acabar las clases. Después de haber visto más frases, después de hablar Kandinski en historia del arte...
Maldito café, maldito vicio, maldito avión. Maldita sea la mala suerte.
Vuelvo, voy, vengo y veo en mi móvil unas perdidas desde teléfono desconocido. Al ratito, un mensajito: “llámame, por favor. Soy Alejandro Narro.” Nervios, vergüenza, timidez patológica, patológica estupidez.
Voy a Surelia, autobús de las cinco, para darle a mi tía una foto mía y “Esencias” en un disquete para que mi tío lo entregue en la entrega de premios dentro de unas horas. A las seis, otro autobús, de vuelta a Linobeno.
El plan para esa tarde era simplemente ir a ver bailar a Dafne, pero entre que Sonia se encontraba mal y a Lucía no le daba tiempo, a tomar por culo la exhibición de baile.
Llamo a Alejandro Narro. Sí, llamo a Alejandro porque es lo que debía hacer, porque no soy tan tonta y cobarde como aparento. “Sólo quería decirte que tus relatos, a parte de chanantes, son muy buenos”. ¿Has oído? Muy buenos. Muy buenos, muy buenos, muy buenos. A Alejandro Narro mis relatos le parecen muy buenos.
- ¿Han fallado los concursos literarios a los que te presentaste?
- Sí, el de Surelia, pero ha sido un premio bajo. Esencias...
- Ah, pues de ese te quería hablar: es el que más me ha gustado.
Le conté entonces que el jurado había optado por otorgarle un puesto tan bajo porque, pese a
su gran calidad estilística y sintáctica, no habían entendido la historia.
- Sí, es que son un poco cortos los del jurado. No, pero es cierto que es una historia muy complicada. A mí es la que más me ha gustado y había pensado publicarla en “Utópica”, si a ti te parece bien.
Total, que me ha dicho que se informará de si hay inconveniente alguno en publicarlo, ya que los del concurso de Surelia publicarán “Esencias” en el libro del concurso, que se editará el próximo año. No obstante, me ha dicho que si ese no se puede, me publicará otro. No me ha dado ninguna mala crítica, sólo me ha dicho que son muy buenos. Estoy muy feliz. Happy, happy. Debo enviarle mis cuentos por mail, junto a una breve autobiografía literaria. Estoy muy ilusionada.
Utópica.

9:24h
Sí, aún estamos en la cafetería del aeropuerto de Bilbao.

Anoche vino Lucía a las diez a mi casa y estuvo hasta las dos, ayudándome con la maleta, etcétera. Estuvimos viendo las fotos de Londres y hablando un montón de temas diversos. Unos más interesantes, otros menos. Pero muy bien. Con Lucía se puede hablar. Con Lucía estoy muy a gusto; es una lástima que esté tan absorbida por Guille y que por eso nos veamos tan poco.

9:53h

Ayer también me encontré con Enric, que iba a la estación de autobuses para ir a su pueblo. Aproveché para dejarle el libro del Concurso Literario de Surelia, en el que aparece “Solitaria”. Estaba tan cortado que sólo me dijo un rápido “gracias”. Jo, yo esperaba que me dijera algo sobre “La ninfa imaginaria”, como lo que le comentó a Lucía cuando lo leyó. Pero nada, que o debo de dar miedo o es que tenía mucha prisa por coger el autobús. En fin, no pasa nada...

viernes, diciembre 15, 2006

Musas y sirenas. 4 de mayo

4 de Mayo, lengua.

Dios, una oración más para analizar y me tiro por la ventana. Mierda, estoy en el sótano...
Anoche me llamó Lucía, ¡por fin! Para felicitarme por el premio, cosa que le había comunicado Guille. Como sigue sin el móvil, me llamó desde el fijo, así que oí los gritos de su padre. Sin embargo, ella no colgó. Me dio una mala noticia: la muerte de un chico que conocimos en fiestas y, aunque no estuvimos mucho tiempo con él, no sé, hubo feeling. Para nosotras no era un amigo, pero tampoco era sólo un conocido.
Se llamaba Miguel Ángel y era aficionado a grabar cortos (el año pasado él y su grupo ganaron el premio a mejor corto en la muestra joven de cortometrajes de La comunidad, y él el de mejor actor.). Desgraciadamente, según me ha dicho Lucía, su pasión le mató, pues la causa de su desdicha fue un accidente con el coche al grabar una escena automovilística. La realidad supera a la ficción. La realidad es una puta mierda. Siempre será más bonito soñar.
Siempre soñar será mejor que ver a esta gentuza despreciable. A estos malditos niñatos de la Escuela.
Menos mal que aún queda gente como Johana, Almudena, Álvaro, Carlos, Omar, Mónica “La Puta”, Sandra “La Monja”, Maite, Izaskun y Guille en la Escuela. Me ha hecho muchísima ilusión que todos ellos me hayan felicitado por el premio. Los demás alumnos de este antro, como lo calificó Dafne (aunque yo opino que es un edificio precioso), me rechazan el saludo o me miran con desprecio. Me desprecian, sin más. Que les jodan.
Después de esta clase, durante el recreo, vendrá Isabela a felicitarme y a darme unos cd’s que me ha grabado. La sociabilidad positiva es causante de alegría.
Me he dado cuenta de que hay mucha gente que no me odia (incluido Nico, para mi sorpresa) y que desquiciarme por mi escasa capacidad de sociabilidad es absurdo. Es egoísta. Soy egoísta.
De Carol no sé nada, luego la llamaré.

23:12h
Esta mañana he descubierto que acusé indebidamente al Jonathan, ya que no le mandé un mensaje. Claro, me quedé sin saldo y su mensaje se guardó en “no enviados”. Por eso esta mañana, en cuanto he vuelto a tener saldo (detalle de “mamá”), se lo he enviado. Él me ha contestado: “Ja, ja, ja, me alegro mucho preciosa, ya verás como el próximo año ganas, je, je, je. A ver si me pasas tu proyecto para echarle un vistazo. Bss.” Pero de su cuñadita, mi querida amiga, Diana, nada de nada. Fátima me ha hecho una perdida. Me conformo.
Al llegar a casa, mi madre me ha dicho que ha llamado al instituto de Surelia para comunicar que no podría ir a recoger el premio y que si podría ir a recogerlo otra persona. El caso es que la secretaria no se ha empapado de nada, por lo que después le ha llamado el director del jurado, que es profesor de historia en ese instituto. Bueno, mi madre flipaba cuando me ha contado lo que éste le ha dicho: que si el relato era de gran calidad, tanto en sintaxis como en el uso del vocabulario, el estilo, etcétera. Vamos, que de puta madre escrito, je, je. No, en serio, le ha dicho que se nota que no es de las primeras veces que escribo, precisamente; que se nota que leo y tengo conocimientos de filosofía. ¡Que muestro una gran madurez en la escritura! Pero que me han dado un premio tan bajo porque la historia les ha parecido oscura, difícil de entender: que algunos miembros del jurado se vieron obligados a leerla más de una vez porque no conseguían entenderla. Eso es un gran halago para mí. También le ha dicho que desearía hablar conmigo sobre este tema y que, respecto a la entrega de premios, no hay inconveniente alguno en que vaya a recogerlo un familiar. Irá mi tío, así que mañana por la tarde tendré que ir a Surelia a darle una foto y “Esencias” en un disquete, pues hay que entregar eso para la publicación del relato en el libro que cada año edita el instituto de Surelia con los textos premiados. Hace una semana me enviaron el libro de este año, en el que está publicado “Solitaria”, quien fuera primer premio el pasado año. No se puede ganar siempre, aunque, con las palabras del director del concurso, siento que he logrado una gran victoria. “Esencias” es difícil de comprender, pero con estilo. “Esencias” es como yo.
A mi padre le he hablado del premio y la crítica del jurado y, aunque se ha puesto muy contento, no ha entendido por qué con la crítica tan buena que he tenido no le han asignado un puesto mejor. No importa, es mi padre. Es normal que aun sin haber leído un solo relato mío crea que yo soy la mejor escritora de mi generación.
También he hablado con Carol. Me ha llamado ella. Cuarenta minutos hablando. Lo está pasando muy mal por Pablo, ya que cada vez le tiene menos respeto. Maldito niñato de mierda. Carol está obsesionada con él y lo sabe. Y teme estar tan dominada. Tan controlada. Él es celoso. Dios, es el típico paleto, cabrón, machista de pueblo. Además ha vuelto al mundo del “esnife”, cosa que había abandonado al empezar a salir con Carol, hace un año. La pobre está destrozada. ¿Cómo se puede llegar a sufrir tanto, a enamorarse de tal modo que aun sabiendo el daño que le hace tema perderlo? Nunca entenderé el amor.
Carol, sólo quiero que sepas que te quiero mucho – ya lo sabes – y que siempre voy a escucharte. Así que, cuando necesites hablar, no dudes en llamarme, ¿Ok? Y no te obsesiones por nada ni por nadie. Lo más importante de tu vida eres tú, no lo olvides.

jueves, diciembre 14, 2006

MUSAS Y SIRENAS

Llorando por mí. Llorando contra mí.
Él me pidió un beso, tal vez con eso quería consolarme y protegerme, pero protegerme ¿de qué? ¡Si seguramente él creyó que lloraba por él!. Ignorante...

Cafeína y ácido acetilsalicílico con azúcar. 2 de mayo (continuación)

Serán sobre las once y media o así de la mañana y estoy en una clase a la que sólo acudo porque no hay nada mejor que hacer: lengua.
Mis labios están secos. Necesito agua.

Ayer vi “La naranja mecánica”. Ayer vi “Trainspotting”. Qué bonito es ver la degradación humana por televisión. Qué bonito es ver la desgracia ajena. Qué bonito es el amor. Qué bonito es la muerte. La violencia en televisión. Qué bonito es odiar, que bonito es fracasar. Qué bonito es fracasar. Que bonito es ser gafe y hundir a los demás.
Linobeno apesta a hipocresía. Linobeno etiqueta, maldice, desprecia y elimina. Linobeno hiela. Frío, sin un guiño de sentimiento. Linobeno olvida. Linobeno se corrompe.
Hay una guerra civil. Una guerra escondida tras hipócritas sonrisas. Hay una guerra fría, una guerra de rumores, chismorreos, cotilleos. Batallas verbales entre unos anormales que ni siquiera saben hacer uso del sarcasmo.
Una ciudad de gárrulos. Niñatos consentidos. Pijos, racistas y superficiales disfrazados de víctimas góticas, raperos y punkis.
¿Quién es el hippie, el punkarrilla, la víctima social? Que me traigan a un hippie que no se haya gastado sesenta euros en ropa de “Hakuna Matata”, a un punk que no vaya al instituto y a quien el trabajo de su papi no le permita ahogarse en el mundo de la coca. Pijos travestidos, niñatos de papá con complejo de víctimas. ¿Cuándo empezó este carnaval? ¿Cuándo fue el día en que el espíritu bohemio y revolucionario murió? ¿Cuándo el movimiento anti-burgués fue sustituido por la hipocresía?
Niñatos de papá que temen repetir curso porque el centro en el que se impartirá al año que viene segundo de bachiller de artes es un instituto caracterizado por el gran número de niños gitanos e inmigrantes que allí están matriculados. ¡Sí, viva el espíritu hippie! ¡Arriba ese espíritu punk que lucha contra las injusticias sociales! ¡Viva el anarquismo dominado por el humo del hachís! Sí, seamos hippies y punkis y acribillemos a pedradas a todos aquellos que no se nos parezcan.
Seamos, sí, punkis. Dejaremos de estudiar, dejaremos de trabajar. Con el sueldo de papá nos compraremos una chupa de cuero y bastante marihuana; así podremos hacer el vago, pasar las horas muertas perdidos en la nube de humo que engloba el famoso banco del paseo de la Escuela. Después nos las apañaremos: aprobar en septiembre es fácil, igual que la segunda convocatoria de selectividad. ¡Sí! ¡Conseguiremos ir a la universidad! Papa paga, papa paga, papa paga.
Yo espero aprobar en junio. ¡Sí, sí, sí! Debo aprobar... Cualquier cosa con tal de no volver jamás a esta puta Escuela.


19:44h
Ser feliz no cuesta tanto. (Risas)


Salgo de clase. Aún queda por delante la clase de inglés, pero no aguanto ni un minuto más. Necesito salir de allí.
Perdidas de Dafne. La contesto con perdidas mientras camino por la peatonal, rumbo a casa. Siento que los albañiles ya no me miran. Que les den.
Entro al portal. Vecina extraña saluda fríamente. Se me cae por segunda vez una moneda de cero cincuenta al ir a sacar las llaves. Hoy no es mi día...
Miro el buzón a través de la rendija. Dentro hay cartas, ¿de quién? Diviso una dirección pero mi miopía sólo me permite leer “Surelia”. Carta del Concurso literario De Surelia. Ansiosa, busco, entre el manojo de llaves, la del buzón, pero recuerdo que la última vez que perdí una llave fue precisamente esa. Mierda. Meto la mano en la rendija, pero es imposible. No llego. ¡¡¡Joder!!! Abatida, subo a casa y pongo “Viridiana”. Mantengo la mente ocupada hasta que venga mi madre.
Después de ver esa magnífica obra de Buñuel, a las tres o así, ha venido mi madre con el correo.
Vale, debo reconocer que el premio es muy bajo, pero es un premio y estoy agradecida. Mi relato ha sido premiado y eso ya me basta. Que sí, que es un premio bajo, pero menos es nada. Yo no me merezco más. Mi relato no se merece más.
“Esencias” se merece que le hayan asignado el accésit número cuatro del género narración corta en la modalidad “jóvenes” del XVII Concurso Literario de Surelia”, dotado con setenta y cinco euros.
“Esencias”.
Me he puesto tan contenta que he enviado mensajes anunciando tal cosa a un montón de peña. A Dafne la he llamado. Ella me ha dicho que ha estado en la Escuela de Arte con Lucía, a quien se ha encontrado por el camino. Eso significaban las perdidas. Qué pena no tener telepatía. Como sigue sin móvil, no he podido comunicarle la noticia a Lucía. Carol tenía el móvil apagado.
Johana sí me ha dado la enhorabuena. Y Almudena, Isabela y Josefina. Le he mandado el mismo mensaje a casi todos los números de la agenda (hasta que el saldo ha expirado), aunque no todos me han contestado. Me ha dolido que no me hayan contestado Toño y la Cándida.
Sé que hay muchos que no han contestado porque no tenían saldo y otros me han respondido con una simple perdida (Carlos, Sonia, Maite y Berta.) Fátima tampoco me ha contestado, pero bah. Ha habido gente a quien no he podido contestar por quedarme sin saldo, como Adria, Álvaro o Izaskun. Pero a estos dos últimos veré mañana en la Escuela. Adria, como Toño y Dani “Green Day” – a quien también he escrito pero no me ha contestado -, me la trae floja. Igual que Jonathan, Tomás o Diana, que tampoco me han respondido.
A Guille también se lo ha dicho, y le he pedido que se lo dijera a Lucía, ya que yo no puedo tener contacto con ella. Él me ha felicitado y me ha dicho que se lo dirá a Lucía, aunque a ella le haría mucha ilusión que se lo dijera yo. Ya, pero yo no puedo llamar a su casa. Paso de mantener el mínimo contacto con su padre y sus desprecios incomprensibles hacia mí. No correré el riesgo de darle ese gusto a ese personaje.
“Esencias”... Esencias.
Nico también me ha felicitado.
“Enhorabuena. Me alegro mucho por ti. ¿Has escrito un libro? Joder, va a resultar que vas a ganar premios novel y todo, je je. Bueno guapa, un beso.”
Dios, creí que me odiaba. ¿Por qué nunca me enamoro de los buenos? Nico está en la universidad estudiando psicología.
Estoy feliz porque hay mucha gente que se ha alegrado por mí.
Estoy feliz.
Soy digna de ese cuarto accésit.
“Esencias”. Esencias.
La entrega de premios es este sábado en Surelia. Yo este sábado estaré volando hacia Génova.
Qué majo es Nico...
Qué majas son Johana, Almudena e Isabela.
¡Hostia, he olvidado llamar a mi padre!