martes, diciembre 19, 2006

Fracaso y traición. 3 de junio

Hora: 13:36 Día: 3 Mes: 6
2006

Isabela ya no quiere quedar conmigo.
No sé por qué a mí me gusta pero yo a ella no.
Y mientras yo me vuelvo loca, ¡pensando en ella! ¡Pensando en mí!, Intentado averiguar si esto es amor o sólo una paja mental; Luis me manda mensajes para ver si quiero quedar algún día de la semana que viene. ¡Pero yo sólo quiero estar con Isabela!
Y ayer estuve con Lucía. Toda la tarde con Lucía. Y, aunque estuve muy bien con ella, (como siempre), yo estaba frustrada, chunguilla y casi triste porque Isabela me había dicho que no podía quedar conmigo esa tarde. Hoy le he vuelto a mandar un mensaje para quedar, y me ha vuelto a decir que no.
Y, mientras tanto, yo sigo preguntándome si el día seis de junio de dos mil seis se cumplirá La Profecía.

Serán las seis y cuarto de la tarde.
Quién sabe, ¿A quién le importa?

Miro de reojo por la ventana; presiento que alguien me acecha desde lejos.
Café del mar. Otra vez.
He vuelto.
He vuelto a caer.
He vuelto a hacerlo.
He vuelto a apoyar mis rodillas en el suelo.
He vuelto a coger mi cepillo rojo.
Me miro en el espejo y sonrío.
Me sonrío hipócrita, traidora. Un poquito de falso amor recibe mi cuerpo antes de que yo le traicione. Me traiciono sin piedad. Si nadie me quiere, ¿qué más da que yo también me desprecie?
Cojo mi cepillo de dientes. Ese cepillo rojo con brillantina. Patético. Tan patético como yo.
De rodillas en el suelo, miro intermitentemente al cepillo y al inodoro. Beso al cepillo, lo lamo y humedezco mis labios con él. ¿Arrepentimiento? ¡De qué me sirve! Estoy sola en casa. Estoy sola en todos los sentidos. Si tuviera dinero para droga no me lo pensaría dos veces, pero, ¿para qué nos vamos a engañar? Si ni siquiera sé fumar...
Mis dedos han sufrido demasiado ya.
Necesito nuevos métodos de tortura.
Hacía ya bastante tiempo que no lo hacía. Por lo menos, adivina, dos meses. La verdad, me parecía mucho más... Unas arcadas, lágrimas, unas arcadas más y ¡premio!
Vacío mi estómago y no pienso en nadie más que en mí: maldita egoísta y estúpida, bulímica por afición.
Me miro al espejo. Estoy preciosa... Los ojos llorosos, el rímel corrido, los labios húmedos, hinchados y con excedente de pigmento. Parezco una junkie; mareada y confusa. Sucia pero preciosa. Una auténtica puta sin futuro.
Aún no es suficiente. Voy a la cocina e introduzco tres o cuatro bolsitas de infusión adelgazante en un botellín que posteriormente rellenaré con agua caliente.
¿Mi móvil? Apagado. Para qué encenderlo si sé que nadie anhela mi presencia. Sin contar, por supuesto, con esos desgraciados del Canal Latino que pretenden follarme a toda costa. Y Rubén, que también quiere hacérmelo. ¡Pobrecillo! Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...
Café del mar.
¡Nístrim debe morir!
¡Nístrim, muérete! Nístrim, ¿por qué no te mueres? Sabes el favor tan grande que harías a todos los de tu alrededor... Dejarías, por fin, de ser un maldito estorbo...
¿Por qué no te quitas ya de en medio...? Sabes que acabar con Nístrim Finde no es suficiente...
“Do you know?” dice Mandalay.
Mandalay… ¿que si sé qué? ¿Qué debo saber, Mandalay?
“I find (...) you are…”
¿Qué?
“Beautiful is you are”. And you know is beautiful…
Mandalay… ¡no! Sabes que no, que sólo soy una porquería...
Soy un error no abortado.
Un error.
I’m not wrong, the wrong is me.

4 cafés:

Anónimo dijo...

y los Depeche siguen diciendo "never let me down... never let me down..."

Anónimo dijo...

Voy a ponerme a estudiar inglés ya, no me empano de la letra de ninguna canción

Anónimo dijo...

Al final publicaste el siguiente sin esperar a otro comentario ... Gracias a tu libro he vuelto a pensar, llevaba ya más de 2 años sin pensar en nada metafísico y ahora sé por qué, he vuelto a deprimirme como entonces ...
Me gustaría ser religioso y dar un sentido a la existencia y vivir feliz, quiero ser feliz (maldita felicidad, utopía inalcanzable, consuelo de ignorantes) ... Pero no voy a centrar mi vida en algo que no sé ni siquiera existe (como dijo Marx, la religión es el opio del pueblo), me como la cabeza pensando, dándome cuenta de lo triste que es esta vida y cómo tratamos de evadirnos los fines de semana, incluso en el día a día ...

Anónimo dijo...

que comentario mas profundo...