Conversaciones imposibles
Llegué a casa. Era aún muy pronto. No me apetecía hacer nada y, a la vez, quería hacerlo todo.
Decidí llamar a mis amigas y quedar con ellas para comer en un vegetariano.
- ¿Y qué contáis?- Les pregunté mientras movía de un lado a otro los guisantes que esperaban con resignación ser comidos por una paranoica como yo. – Y, por favor, nada relacionado con los sentimientos amorosos, tipo culebrón venezolano.
Al decir esto, las tres cerraron la boca y expulsaron aire en forma de suspiro.
- He dejado cuatro para septiembre.- Dijo Carol para romper el hielo.
- ¡Joder, Carol! Que estás repitiendo cuarto... - Lucía, experta en animar a la peña.
- Pero las voy a recuperar, que yo al año que viene quiero hacer bachiller.
- Pues si te cuesta tanto sacarte cuarto, no te digo nada bachiller. Fíjate yo, que he dejado cinco y voy al de humanidades, que dicen que después del de artes es el más fácil.- Dafne. Sí, eso dice ella del de artes, pero a ver qué pelo habría corrido ella allí.
- Sí, pues el de artes no te creas- Dijo Lucía- Fíjate yo, que he dejado seis...
- Bueno, y Nístrim ha dejado sólo una.- Le dijo Carol.
- Lo que no entiendo, Nístrim, es porqué te cogiste el bachiller de artes en lugar del de humanidades, con lo que te gusta escribir.- Objetó Dafne.
- Porque yo veo la literatura como un arte, no como una ciencia. Además, vas a comparar el ambiente de la Escuela de Arte con el de un instituto... ¿Verdad, Lucía?- Siempre debía acabar así, porque si terminaba de hablar al decir la primera frase, quizá creyeran que me las estaba dando de intelectual o algo por el estilo. Y no es plan.
- ¡Vas a comparar un cuadro con un libro!- Me dijo Lucía.
- Es cierto.- Añadió Carol.- Leerse un libro es un peñazo, en cambio la música, el cine, el dibujo... producen placer.
- Claro que sí.- Le dije.- Claro que no se experimenta lo mismo al leer un libro que al ver un cuadro, pero ambos te transmiten algo, un mensaje. El cuadro, a no ser que sea abstracto o surrealista y requiera un juicio estético más profundo, te lo está diciendo en el momento que lo observas. Que te quede muy claro que las pinturas no sólo pretenden causar belleza visual. En cambio, un libro... es como dijo Belén Gopegui: leer un libro no es bello, pero todo lo que leas, todo lo que te ha transmitido sin que tú apenas te hayas dado cuenta, hace mella en tu vida. Escribir es un arte, chicas.
- ¿Quién es Belén Gopegui?- Me preguntó Dafne.
Yo suspiré resignada y seguí pinchando guisantes. Dado que no se podía entablar una conversación medianamente interesante con ellas, desistí y dejé que me contaran sus líos amorosos al estilo de cualquier telenovela sudamericana de la primera cadena a la hora de la siesta.
Llegué a casa. Era aún muy pronto. No me apetecía hacer nada y, a la vez, quería hacerlo todo.
Decidí llamar a mis amigas y quedar con ellas para comer en un vegetariano.
- ¿Y qué contáis?- Les pregunté mientras movía de un lado a otro los guisantes que esperaban con resignación ser comidos por una paranoica como yo. – Y, por favor, nada relacionado con los sentimientos amorosos, tipo culebrón venezolano.
Al decir esto, las tres cerraron la boca y expulsaron aire en forma de suspiro.
- He dejado cuatro para septiembre.- Dijo Carol para romper el hielo.
- ¡Joder, Carol! Que estás repitiendo cuarto... - Lucía, experta en animar a la peña.
- Pero las voy a recuperar, que yo al año que viene quiero hacer bachiller.
- Pues si te cuesta tanto sacarte cuarto, no te digo nada bachiller. Fíjate yo, que he dejado cinco y voy al de humanidades, que dicen que después del de artes es el más fácil.- Dafne. Sí, eso dice ella del de artes, pero a ver qué pelo habría corrido ella allí.
- Sí, pues el de artes no te creas- Dijo Lucía- Fíjate yo, que he dejado seis...
- Bueno, y Nístrim ha dejado sólo una.- Le dijo Carol.
- Lo que no entiendo, Nístrim, es porqué te cogiste el bachiller de artes en lugar del de humanidades, con lo que te gusta escribir.- Objetó Dafne.
- Porque yo veo la literatura como un arte, no como una ciencia. Además, vas a comparar el ambiente de la Escuela de Arte con el de un instituto... ¿Verdad, Lucía?- Siempre debía acabar así, porque si terminaba de hablar al decir la primera frase, quizá creyeran que me las estaba dando de intelectual o algo por el estilo. Y no es plan.
- ¡Vas a comparar un cuadro con un libro!- Me dijo Lucía.
- Es cierto.- Añadió Carol.- Leerse un libro es un peñazo, en cambio la música, el cine, el dibujo... producen placer.
- Claro que sí.- Le dije.- Claro que no se experimenta lo mismo al leer un libro que al ver un cuadro, pero ambos te transmiten algo, un mensaje. El cuadro, a no ser que sea abstracto o surrealista y requiera un juicio estético más profundo, te lo está diciendo en el momento que lo observas. Que te quede muy claro que las pinturas no sólo pretenden causar belleza visual. En cambio, un libro... es como dijo Belén Gopegui: leer un libro no es bello, pero todo lo que leas, todo lo que te ha transmitido sin que tú apenas te hayas dado cuenta, hace mella en tu vida. Escribir es un arte, chicas.
- ¿Quién es Belén Gopegui?- Me preguntó Dafne.
Yo suspiré resignada y seguí pinchando guisantes. Dado que no se podía entablar una conversación medianamente interesante con ellas, desistí y dejé que me contaran sus líos amorosos al estilo de cualquier telenovela sudamericana de la primera cadena a la hora de la siesta.
10 cafés:
ola wapi!! jo, q bien escribes! y sigo diciendo q no es un cumplido ;) m estoy enganchando a leer tu libro, asiq + t vale seguir poniendolo, xq no vas a querer verme con síndrome de abstinencia, eso ya t lo voy avisando!! subo al 4º y exo tu puerta abajo! xDD
weno neni, pos eso! sigue escribiendo, q es lo tuyo!! =)
bxitsss
PauLa!
La escala de los mapas o Memorias de Adriano?
Marguerite Yourcenar. Esa es la autora de Memorias de Adriano. ¡Cómo olvidarla! Recuerdo que Zósimo Crescencio, mi profesor de ética en cuarto de E.S.O nos dijo que este libro es el más indicado para aquel que no se decide a suicidarse. Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, induce al suicidio, nos dijo. Recuerdo que Daniel y yo nos miramos y decidimos leerlo a ver qué ocurría (que par de frikis en un instituto...) Yo me adelanté, pero no fui capaz de leerlo entero. Siempre he sido una supersticiosa cobarde, qué se le va a hacer...
Y la escala de los mapas?
¿Por qué no me dices tu nombre?
¿De qué serviría?
curiosidad
La curiosidad mató al gato. Siento si te he molestado con algún comentario mío. Bss y ciao
No me has molestado. Todo lo contrario, agradezco tu sinceridad. Un beso, Adriana.
Después de criticar tu obra te pido que pongas más capítulos pronto.
Soy del sexo femenino.
No pensaba que iba a volver a escribir aquí pero a veces me aburro mucho.
Besos
Publicar un comentario